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Diciembre

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Diciembre

El pueblo entero se llenó de fiesta y visitantes extranjeros cuando la celebración por el cumpleaños número 18 del príncipe heredero llegó. Los pueblerinos se mantuvieron ocupados durante días, decorando los caminos principales del pueblo, organizando las ofrendas conmemorativas a los dioses para desearle una buena salud y prosperidad al príncipe, escogiendo los mejores alimentos de las reservas para tener almuerzos y cenas en honor al omega y llevando en alto el estandarte de la Casa Real Kim en sus fachadas como muestra de lealtad y veneración. Las actividades realizadas en honor al hijo menor de los Kim siempre habían sido alabadas por los pobladores, pues no solo se trataba del nacimiento de su príncipe, sino también de la bendición de los dioses al hacerlo nacer cerca del último día del año y en pleno invierno. Ese hecho, al menos para los cambiaformas, era una recompensa a sus buenas acciones y obras.

Namjoon no había escatimado en gastos al momento de planear toda la celebración. Se había encargado de comprar las mejores telas para la vestimenta del omega, las piedras preciosas más hermosas y costosas de la región para que su corona se viera decorada de ellas y a los mejores sastres para que el traje real que utilizaría fuese el más hermoso. Además, pidió que se sirvieran los mejores platillos de su manada y los mejores licores, para que los visitantes consiguieran irse con una buena impresión de su palacio.

Taehyung no quería una fiesta tan inmensa, ciertamente, pues no era muy fanático de las reuniones donde asistían demasiadas personas; él solo deseaba una celebración pequeña, junto a su familia, en el palacio, donde no pudiese pensar en nadie más que en sus seres queridos, pero su padre le había dicho que era correcto celebrarlo con sus vecinos y aliados, pues era de buena educación hacerlo cuando se trataba de la familia real, por lo que Taehyung no pudo negarse a la fiesta.

Las familias extranjeras llegaron dos días antes de la celebración, dejando hermosos y costosos regalos en el palacio cuando se presentaban ante el líder de la manada para otorgarle sus buenos deseos al joven príncipe. Muchos de los regalos fueron aceptados de buena manera por Taehyung, pues se trataban de joyas, juegos, trajes, coronas y utensilios de pintura (llevados solo por los que conocían verdaderamente las pasiones del omega); pero, el regalo que, tal vez, más atesoró y amó fue el que le hizo Seojoon, la mañana de su cumpleaños, cuando salieron a pasear por el pueblo de manera habitual.

―Sé que dijiste que no querías un regalo tan ostentoso, pero eres mi amigo y no puedo simplemente ser humilde con mi obsequio.

―Oh, por la diosa Luna, hyung, dime por favor que no se tratan de piedras preciosas o coronas. Ya tengo muchas de esas.

Seojoon negó.

―Creo que es algo que te gustará más.

Taehyung no sabía de lo que se trataba, pero podía adivinar, por la sonrisa entusiasta del mayor, que era algo que mucho había deseado hasta ese entonces.

Love Story ; hopev.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora