—Por supuesto estoy más que dispuesto a compensarte por ello, y contratar a un mago para romper el contrato entre tu hijo y la bestia de mana que se volverá nuestra.
—Debo disculparme, su majestad. Ni mi esposa ni yo tenemos nada que ver con el vínculo de nuestro hijo. La adquirió por si mismo, por lo que no me corresponde hablar en su nombre sobre este asunto.
Raely sintió la impotencia que sentía Reynolds.
Arthur miró a los ojos de Blaine sin miedo.
—¡Chico! ¿No te enseñaron tus padres a bajar la mirada cuando hablas con tus superiores? —regañó él estúpido del mago imperial.
—Hola niño, estoy seguro de que escuchaste mi conversación con tu padre, así que no lo repetiré. ¿Qué te parece? Mi arsenal real seguro tendría una espada apropiada para cualquier joven que aspire a ser un caballero.
Raely sin apartar la mirada de Blaine se acercó a Arthur.
—Gracias su majestad, por su generosa oferta, pero debo negarme. Ni siquiera la espada más magnífica podría reemplazar a Silvie. —Arthur se inclinó y él mago quiso reprenderlo, pero Blaine lo detuvo.
—Entonces un intercambio. —ofreció —la cría de león que acabo de comprar por tu vínculo.
Raely escuchó las quejas de Curtis pero solo las ignoró al igual que Blaine.
—Mi error majestad, me disculpo por no haber aclarado. No deseo dar, vender ni canjear mi vínculo. —Raely colocó una mano en la espalda de Arthur, estaba temblando.
—Te lo he pedido dos veces, niño. Dos veces. Mi paciencia se agota, así que te lo pediré una vez más amablemente... ¿me vas a dar tu vínculo?
Raely apretó la mano de Arthur, se colocó frente a él e intervino.
—Rey. ¿Por cuanto está dispuesto a vender a su hija? —el aura que Raely desprendia no era ninguna broma, todos en el lugar se estremecieron ante la voz gélida que salía de ella —Lo has pedido tres veces y todas han sido rechazadas, pero parece que el orgullo no te permitirá aceptar la respuesta. No pareces darte cuenta de la gravedad de lo que estas pidiendo. Así que espero que mi pregunta lo haya aclarado. ¿Cuánto dinero necesitas para dar tu hija a cambio Rey Glayder?
Todos quedaron atónitos, ¿por que esa niña de once años era tan fría y aterradora? ¿Como es que se atrevía a hablarle así al Rey de Sapin?
Un caballero recibió la señal del mago y se lanzó para atacarla. Raely empujó a Arthur lejos de ella.
—¡¿Como te atreves a insultar al Rey y su familia?! —cuestionó el caballero.
—¡No! —quiso detener Blaine, pero fue demasiado tarde.
Raely esquivó el ataque que tenía la intención de partirla por la mitad y con su puño limpió le dió en la cara, dejándolo noqueado.
Todos se percataron de que él mago iba a atacar a Raely y gritaron asustados. Nadie vió la pequeña sonrisa que soltó.
Recibió el ataque de frente, sin defenderse. Dolió como el infierno, pero no la mató. Tenía rasguños por toda el cuerpo y la sangre brotaba como fuente, escupió sangre y habló.
—Desde hoy, yo, Raely Kersury, princesa del ducado Kersury, da constancia, no apoyará a la familia imperial, se retiraran las tropas militares de las fronteras, dejara de comerciar con la familia real y cortará lazos con los mismos, dado que la Familia Real ha roto el acuerdo. El ducado Kersury se declara liberado del acuerdo Ghretson.
Después de decir esas palabras que nadie entendió, más que tres personas, se desmayó. Tabitha gritó de horror y Vincent llamó a todos los desviadores disponibles.
Arthur sostuvo en sus brazos a Raely antes de que tocara el suelo, Reynolds se acercó a Raely tratando de contener las hemorragias que tenía y Alice estaba haciendo todo lo posible para sanarla.
Tabitha tomó a Lilia y a Eleanor cubriendo sus cabezas para que no vieran a Raely cubierta de sangre. Todos estaban llorando, la familia real se quedó en shock. El mago imperial había atacado a Raely.
Una niña, atacó a una niña. Repetía en su cabeza Priscilla.
Blaine se maldijo a si mismo, y miró a Sebastián que no sabía que pasaba, es decir, solo castigo la insolencia ¿no?. Sebastián no sabía la gravedad del asunto.
El acuerdo Ghretson.
Un acuerdo que resultó desde la fundación de Sapin. Dónde ninguna de las dos familias más poderosas pudieran atacarse entre sí. Si este hecho llegara a sucitarse, inclusive con el mas minimo rasguño, se castigaria con muerte inmediata al que lastime.
El acuerdo también había sellado el poder de los Kersury, sus núcleos jamás llegarían a ser blancos, no se podían permitir dos familias poderosas con las mismas capacidades, cuando el acuerdo se quebranto, las cadenas que limitaban el núcleo de Raely se rompieron.
Blaine, lo supo en ese entonces, la voz de Raely sonó en su cabeza.
"Tienes que elegir mejor a tus sirvientes"
La familia real, o más bien Blaine se disculpó por el hecho, diciendo que a Sebastián se le castigaria por haber actuado sin permiso. Se retiraron sin saber que más hacer. Dejando a la familia Helstea y Leywin con una princesa al borde de la muerte.
Grey siempre lo supo, su esposa estaba loca. Ella siempre conseguía lo que quería no importaba el costo, pero no pensó que esta costumbre suya la siguiera hasta aqui.
Sabía que el ataque de ese mago era mortal, los dos lo sabían, Raely se encargó de disminuir el impacto, pero aún así era horrible. Arthur no intervino, no por que no quisiera o pudiera, si no por que ella se lo pidió. Cuando apretó su mano, ella habló con magia de sonido para que solo él la escuchara.
"No intervengas pase lo que pase" dijo.
Arthur confió en ella, y lo sigue haciendo, solo que esta vez le pesó. Su corazón dolía cuando dirigía su mirada a Raely y la veía con todos esos cortes.
Reynolds cargó a Raely, Arthur no se despegó de ella y la llevaron a la mansión Helstea, donde Wilo esperaba con varios desviadores.
El tratamiento de Raely duró aproximadamente cinco horas, por que las heridas eran profundas y las había ocasionado un mago de alto rango.
Tabitha con ayuda de Alice y Wilo vendaron a Raely en todo el cuerpo. Sus heridas aún no cerraban por completo pero, las hemorragias ya habían parado.
Arthur no pudo pegar un ojo esa noche, ni las siguientes.
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