Capítulo 8.

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Narrador omnisciente.

Nueva York, 10:20 p.m.

John Brown sale del almacén, ya cambiado con su traje, su chaqueta FBI y su armamento.

Se dirige a su oficina, y se toma un café mientras revisa nuevamente las pocas pistas que tiene sobre el nuevo caso que le asignaron: el secuestro de Alicia Anderson.

Sus padres se mostraron indiferentes ante la noticia del secuestro de su hija, y dijeron no saber nada sobre quien se la pudo haber llevado. Las descripciones de Max, su sobrino y único testigo, fueron la única guía mientras conseguían las grabaciones de las cámaras de seguridad.

-John, hola- saluda su compañera de los dos casos que John lleva, entrando en la oficina con una Tablet en mano.

-Hola, Andrea- responde John, sin quitar la mirada del tablero de pistas, con la mano en su cabeza, estresado. Andrea se sienta a su lado.

-Ya tengo las grabaciones de las cámaras de ayer y Esteban me ha mandado un video, la verdad me ha dejado bastante descolocada- dice ella, empezando a reproducir primero las grabaciones de las cámaras. Logra captar la atención de John, quien ahora se enfoca en la Tablet.

-Lo voy a adelantar a las once- dice Andrea, poniendo también el video en cámara rápida. Los minutos grabados pasan rápidamente, a las once y diez minutos, dos camionetas negras llegan y se parquean a varios metros del parque. Cinco minutos después, de una de las camionetas sale un hombre de traje gris claro, con la camisa blanca un poco desabrochada, el cabello alborotado, expresión coqueta. Empieza a fumarse un cigarrillo y hablar por teléfono. Una vez cuelga, su mirada se posa en la cámara de seguridad, le da una calada al cigarrillo mientras sonríe al video. John inmediatamente reconoce al rubio.

Los famosos jefes del cártel de la serpiente, después de que sus rostros se dieran a conocer gracias a Thomas, nunca volvieron a ponerse una máscara para secuestrar a alguien, o llevar a cabo un acto ilegal. Les gustaba llamar la atención. Les gustaba burlarse de los federales.

- ¡Mierda! – exclama, perdiendo toda esperanza de encontrar a la chica.

- ¿Ese es...? – pregunta Andrea preocupada.

-Carlo Manzello- los dos se quedan callados. Segundos después el hombre cuelga el teléfono, y de las camionetas se bajan cinco hombres, reuniéndose alrededor de Carlo- También está Jeff Muller- Al parecer el rubio empieza a hablar, como si estuviese dando órdenes. Luego de dos minutos, todo el mundo entra a las camionetas.

A las once y media, Alicia aparece. Caminando distraídamente para luego sentarse en el parque.

-Alicia era su objetivo, ya sabían que ella iba a estar ahí, ósea que la venían vigilando- dice Andrea, John asiente.

A las once y cuarenta, se desata el caos. Al mismo tiempo que una de las puertas de la camioneta se abre, Max aparece en el campo de visión de la cámara de seguridad. Dos hombres lo agarran y Max forcejea. Carlo Manzello carga a Alicia en su hombro y se la lleva a la camioneta, entrando con ella a la parte trasera y cerrando la puerta. Jeff Muller se agacha y recoge algo del suelo, para dirigirse a la misma camioneta y subirse de copiloto.

Max es tirado con fuerza al piso, los hombres restantes se suben en la otra camioneta. Gritos no dejan de oírse hasta que las camionetas se alejan.

John se tapa la cara con las manos, sintiendo una mezcla de frustración, impotencia y enojo.

-Debemos tener esperanza, John... Thomas y Esteban nos están ayudando mucho, solo es cuestión de tiempo.

-Llevan colaborándonos durante solo cuatro meses, y ninguno ha querido decirnos en qué lugar se esconden esas ratas, y para colmo Thomas no se ha reportado desde esta tarde.

-Sabes que así nos dijeran donde viven, no podríamos ir a por ellos, imagínate la cantidad de hombres y armas que tienen en sus casas, si montamos un operativo, fracasaremos igual y sabrán que tenemos infiltrados.

-Estoy harto de esos hijos de puta Andrea, cuando nosotros vamos, ellos ya vienen, ¡Y nuestros infiltrados no son capaces de cumplir una orden tan sencilla como lo es reportarse cada dos horas!

- ¿Y si descubrieron a Thomas y por eso no se reporta?

-Imposible... Esteban ya lo sabría... muéstrame el otro video- dice él estregándose la cara, frustrado.

El video, fue grabado de lejos, y se le hizo zoom para que el objetivo se viera más de cerca. Al parecer fue grabado al atardecer por el color del cielo y solo dura quince segundos. Quince segundos que lograron confundir y desconcertar completamente a John una vez lo empieza a ver, pues en el video, aparece Alicia Anderson, riendo a carcajadas, correteando por todo el lugar alegremente, con nada más y nada menos, que Carlo Manzello, quien también correteaba y se reía a carcajadas con ella.

- ¿Qué...? ¿Qué carajos? - murmura John sin palabras.

Carlo Manzello, narcotraficante y muchas cosas más. Riendo a carcajadas y jugando. Con una niña.

Una niña, acabada de secuestrar, riendo a carcajadas con su secuestrador.

-P-por lo menos ahora sabemos que está bien y viva... ¿No? – murmura Andrea, también muy confundida por el video.

-Necesito aire- John se levanta, con intenciones de salir un momento a la entrada de la sede, y recibir un poco el aire fresco de la noche. Andrea lo sigue.

Una vez afuera, una caja de regalo grande con un lazo negro les llama la atención. Los dos intercambian miradas y se acercan. John se agacha y observa. En el lazo, hay una etiqueta pegada, con letra cursiva dice: Para John.

- ¡No! ¡¿Y si es una trampa?! – exclama Andrea al ver que John iba a abrir la caja.

-No, Acércate... huele a...- Andrea se acerca y se agacha al lado de John, arrugando la nariz al sentir el olor putrefacto.

John destapa la caja precavido, el contenido está tapado por una cartulina negra, en la cual hay una nota en letra cursiva blanca: de parte de tus queridos amigos del C.D.S. Al lado de este escrito, está una pegatina, del conocido logo del esqueleto en la montaña de dinero.

-No más mierdas... estoy harto- John intercambia nuevamente miradas con Andrea. Al no poder soportar el olor, los dos se tapan la nariz, antes de que John lanzara la cartulina negra hacia un lado. Al ver el contenido, Andrea suelta un chillido de sorpresa, los dos se levantan rápidamente, alejándose de la caja, sin poder creer lo que estaban viendo.

-Nos lleva el carajo...





Holaaa, Lu reportándose. 

Capítulo corto a mi parecer, espero no les moleste. 

Me siento feliz porque con el poco tiempo que lleva esta historia, ya tiene más de 2k de vistas, y quería aprovechar esta nota, para agradecerle a las personas que se han quedado y le han dado una oportunidad a esta historia <33

Espero que les esté gustando y sin más que decir, nos vemos. :) 

Soy feliz, si estoy con ustedes (en proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora