Capítulo 28.

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Alicia.

Después de esa extraña experiencia logramos llegar finalmente a casa de Jeff y cuando Daddy me carga para ayudarme a bajar del auto me aferro a su cuello con fuerza, moviendo mis piernas ansiosa con ganas de que vayamos rápido dentro de la casa.

Fácilmente podría decirle que me baje e ir yo corriendo, pero solo he venido a esta casa dos veces, no la conozco bien y tampoco tengo la suficiente confianza; así que me limito a cerrar los ojos y disfrutar del olor de su colonia.

Mientras caminamos papi habla por teléfono de algo a lo cual no le presto mucha atención, varios segundos después cuelga, sonríe y pone toda su atención en mí.

En la entrada de la casa, Daddy abre la puerta y entra como si nada, como si de su casa se tratase y eso me causa gracia. Empezamos a caminar y después de buscar un rato encontramos a Jeff y a Nikolai sentados en la cocina, hablando serios, mientras una señora cocina a unos metros de ellos.

Apenas nos ven sonríen y se levantan dispuestos a saludar.

Nikolai saluda con un abrazo a Carlo, y luego a Aleksander y a mí.

-Hola, linda- murmura cuando me abraza.

-Hola, Nikolai- susurro, Jeff también se acerca a saludar con una sonrisa.

Desprendo mis brazos del cuello de Daddy, para poder aferrarme al de Jeff y abrazarlo.

-Hola, linda, ¿Cómo estás? - pregunta devolviéndome el abrazo.

-Muy bien, Jeff, ¿Y tú?

-Bien- dejo de abrazarlo y miro a Daddy con una sonrisa, él comprende y me deja en el suelo.

- ¿Ari y Lanna?

-En la habitación.

-Vale- murmuro mientras empiezo a caminar, decidida. Subo las escaleras lentamente y cuando llego a la habitación, toco la puerta y luego me asomo, viendo a Alanna y a Ari sentadas en la cama, charlando, apenas escuchan la puerta, miran al mismo tiempo y sonríen.

- ¡Lissie! - exclaman las dos levantándose, se dirigen a mi corriendo y me abrazan.

- ¿Qué tal? - pregunto dirigiéndome a la cama para que las tres nos sentemos.

-Muy bien, estábamos hablando con Ari sobre que Jeff también le ha pedido ser su Daddy.

- ¡Ya era hora! - exclamo con una enorme sonrisa- ¿Y cómo te ha parecido?

-Bueno, me sigue tratando igual, son pocas cosas las que cambian, es que te dije, es muy lindo y tierno conmigo... por cierto, te estábamos esperando- comenta la rubia.

- ¿En serio?

- ¡Sí! Ari me estaba diciendo que detrás de la casa, siguiendo un camino un poco largo hay un parque y queríamos que fueras a jugar con nosotras, ¿quieres?

-Eso no se pregunta, ¡por supuesto que quiero!

-Entonces no perdamos más tiempo- murmura Ari levantándose y dirigiéndose a la salida de la habitación seguida por nosotras, a mitad de camino, se detiene- ¿Saben jugar Vóley?

-Yo sí- dice Alanna. Yo las miro seria durante varios segundos en los que ellas me miran impacientes, luego, sonrío.

-Cuando yo estaba en la escuela, gané dos medallas de oro y una de plata- Ari sonríe enormemente, mientras se mete bajo su cama y después de unos segundos, saca de allí un balón de Vóley.

Si, nadie sabía, pero siempre le he tenido amor al Vóley y lo practiqué durante casi todos los años que estuve en la escuela, convirtiéndose en lo que más amaba hacer.

Soy feliz, si estoy con ustedes (en proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora