Capítulo 3.

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Carlo.

Me partía el corazón verla tan asustada. Tan vulnerable. Tan aterrada cada vez que sus ojos encuentran los míos.

Desde que Ale y yo la vimos sentada con las piernas colgando en la banca tres semanas antes supimos que era perfecta, estuvimos observándola. Pero solo volvió a aparecer a la semana siguiente y decidimos acercarnos, pero el idiota de su amigo decidió aparecer.

Le di una descripción sobre ella junto con el lugar donde la encontré a mi abogado de confianza, que era sin duda el mejor del país y uno muy leal. Leonel sabía cómo hacer su trabajo y usando sus contactos y los míos, la encontró: Alicia Sofía Anderson de quince años, pues tenía entendido que hoy los estaba cumpliendo. Realmente me sorprendí al saber su edad, puesto que cuando la vi, no pensé que tuviese más de trece.

La investigamos más a fondo, al parecer sufre de maltrato por parte de sus padres. Esto se confirmó cuando los días que estuvimos observándola aparecía con diferentes moretones. Los más recientes: uno en el ojo y otro en la comisura de su labio. Sus padres: Charlotte García y Carlos Anderson. Sus abuelos murieron en un accidente de auto en el cual solo la niña sobrevivió. Sufre de asma. Tres años antes de que se graduara sus padres la sacaron de la escuela porque se dieron cuenta que ella estaba hablando de más con la psicóloga.

Mi esposo y yo decidimos elegirla a ella porque vimos que no llevaba una buena vida, se le ve tierna e inocente y sin duda alguna es hermosa. La elegimos porque la queremos para nosotros, para enseñarle cosas nuevas y a ser feliz, para darle un hogar verdadero que al parecer no tuvo. Pues la vida decidió arrebatarle a las dos personas que sí la querían. Tal vez puede sonar un poco raro de nuestra parte, siendo las personas que somos, pero simplemente esa niña nos encantó desde que la vimos. ¿Cómo sé tanto de ella? Leonel, aparte de encontrar en los archivos a la chica, decidió indagar con personas cercanas a ella, y yo y mi esposo por nuestra parte, hicimos también otras cosas que no son necesarias contar.

Salí de mis pensamientos con el sonido de un nuevo mensaje.

Mio caro 💕: ¿Cómo vas, cariño?

Sonreí tontamente al leer el mensaje, y empiezo a teclear una respuesta.

Yo: Todo bien, aún sigue dormida. A veces

tiembla, tal vez sean pesadillas.

Mio caro 💕: ¿No se despierta?

Yo: No, le acaricio el cabello y deja de temblar.

¿tu cómo vas por allá?

Mio caro 💕: bien, todo normal.

Quiero verla, ¿es posible?

Decidí enviarle una foto. En la cual, desde mi ángulo, solo se veía su cabeza en mi regazo, dándome la espalda. Mi mano en su cabello, las de ella abrazando mis piernas suavemente y parte de su cuerpo tapado con una manta.

Mio caro 💕: прекрасный

Yo: te olvidas que soy de Italia, no de Rusia.

Mio caro 💕: traduce, no hablo italiano

Yo: pero los dos hablamos inglés

Un movimiento me hizo alejar la vista del teléfono. Me di cuenta que despertó al escuchar un suave quejido.

Yo: Creo que ha despertado,

En un rato te escribo.

Se levanta de un salto y su mirada se posa en mí, finalmente envié un último mensaje: "ti amo" para luego posar mi mirada en la de ella.

Soy feliz, si estoy con ustedes (en proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora