Carlo.
La noche anterior había estado llena de emociones.
Los disparos que recibí hace unos días dolían más psicológicamente que físicamente. Si, tengo tres heridas de bala y dos costillas rotas, para caminar tengo que arrastrarme por las paredes o apoyarme en Aleksander y tampoco puedo moverme bien, además de que el dolor es horrible y persistente, a pesar de estar tomando bastantes medicamentos.
Ya he recibido uno que otro disparo antes, pero nunca había estado tan cerca de la muerte como lo estuve esta vez.
Pero más que eso me había dejado una inmensa tristeza. No por mí, sino por mi pequeña.
Ella me había visto al borde de la muerte y no solo eso, ahora soñaba también con dicha situación. No podía dejar de culparme por ello.
Soy completamente consciente de que mi ánimo no es el mismo, se que mi carisma ha disminuido bastante.
Ya no hay sonrisa en mi rostro ni brillo en mis ojos, como me lo dijo Aleksander.
¿Con qué ánimos iba a sonreír?
Es como si siguiera atrapado en aquel momento en el cual recibí los disparos y vi mi vida pasar por mis ojos, como si mi mente se hubiese quedado allí estancada y ahora no logra ser consciente de que ya pasó y ahora estoy bien.
Simplemente me quedé estancado en ese momento.
No me siento yo mismo y ciertamente, no soporto estar así.
Solo sé que necesito algo... algo que me haga sentir lo suficientemente bien y en paz como para hacer que mi mente salga del bucle en el cual está atrapada.
Algo que lograra quitar la culpa que siento y que me devuelva la paz y calidez.
No sabía muy bien lo que necesitaba hasta hoy.
Para hacer un breve resumen, anoche, una vez Ali se quedó dormida Aleksander la llevó a su cama y la dejó allí para después dormirnos también.
Hoy ambos nos despertamos temprano, Ale me ayudó a cambiarme, se bañó y luego nos metimos nuevamente a la cama, mientras llegaba la hora de despertar a nuestra pequeña.
Una vez la hora llegó, fue él quien se encargó de ir a despertarla, minutos después tuve que ir lo más rápido posible al escuchar sus gritos llamándome (y con "lo más rápido posible" me refiero a lo más rápido que arrastrarme por las paredes me permitía, teniendo en cuenta también que tenía que ir muy despacio porque había olvidado tomar el medicamento del dolor)
Entré preocupado a la habitación esperando lo peor, pero me encontré con algo que no me imaginé y que me dejó bastante sorprendido.
Cuando entré vi a mi pequeña bastante risueña y con una encantadora pizca de inocencia genuina en su mirada.
Ahí entendí lo que estaba pasando.
Deseé pellizcarme para saber si no estaba soñando. Aunque... claro que no estaba soñando, porque mis sueños estaban invadidos por la escena de Alan disparándome.
Con las mil emociones que sentí en ese momento no solo entendí lo que estaba pasando, también entendí que eso era lo que estaba necesitando para sentirme mejor.
Una pequeña terapia.
Un pequeño respiro de todo lo malo, enfocándonos solo en la alegría de tener a nuestra pequeña con nosotros, y de como al entrar en esta situación estaba depositando toda su confianza en nosotros, demostrando así que se sentía tan bien con nosotros como para dejarnos ver esta faceta.
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Soy feliz, si estoy con ustedes (en proceso)
RomanceAlicia es una niña de quince años, que toda su vida vivió bajo el maltrato psicológico y mental por parte de sus padres. Su cumpleaños, un día como cualquier otro, es secuestrada por dos de los jefes de una importante mafia. ¿Qué pasará, al darse...