Capítulo 11.

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Alicia.

Cuando veo a Ariana Me levanto, dispuesta a acercarme. Ella levanta la mirada, la cual se ilumina. Antes de que Jeff reaccione, Ariana corre y me abraza con alegría, casi haciéndome caer encima de Aleksander.

- ¡Lissie, pensé que nunca te iba a volver a ver! – exclama emocionada, sin querer soltarme. Sonrío.

- ¡Ari, ¿Cómo estás?! – digo, devolviéndole el abrazo.

-No lo sé, realmente... ¿Tu cómo estás? – murmura soltándome.

-Yo estoy bien... ¿no podemos hablar en otra parte? – le susurro al oído, cuando la vuelvo a abrazar.

-Tal vez arriba en la habitación, pero no sé si podamos- me susurra también al oído, para después soltarme. Decido preguntarle a Carlo.

-Carlo- le susurro, acercándome lo más que puedo a él. 

-Dime, princesa- me responde, cuando ya estoy a su lado. Siento el calor subir a mi rostro al sentir la mirada de todos en mí.

- ¿Crees que pueda ir arriba para hablar con Ari? - pregunto suplicante, él le hecha una mirada fugaz a Jeff, para luego asentir y sonreír.

Nos agarramos de la mano y empezamos a caminar con dirección a las escaleras, en la última planta ella me guía por un pasillo, hasta llegar a una de las ultimas puertas. Entramos y la habitación es bastante bonita, con dos puertas adicionales y decorada con blanco y diferentes tonos de azul pastel. Nos sentamos en la cama, una frente a la otra y sonreímos.

- ¿No es muy linda la habitación? - pregunta.

-Es preciosa, espera a ver la mía cuando vayas... ¿te gusta el azul? - sonrío.

-No sé si Jeff me lleve, el azul es mi color favorito.

-Claro que lo hará, le diré a Carlo o a Aleksander y ellos le dirán que vayan a la casa.

-Por cierto, teniendo en cuenta cómo llegamos aquí te veo muy bien... ¿Estás realmente bien? - me pregunta, con expresión preocupada. 

-De hecho, me siento muy bien, me tratan muy bien y son muy lindos- le digo sonriendo, ella me mira confundida- Mira, no conoces lo que tuve que vivir en el pasado, pero realmente, fui feliz muy poco tiempo... mis padres siempre... me odiaron... y por cosas que pasaron, el odio aumentó... llevándolos a no soportarme y demás- susurro, tratando de aguantar las lágrimas, recordando todo lo que pasó. 

-Solo tuve un amigo en toda la vida, que, aunque lo quiera mucho, solo lo veía una vez por semana y, si vuelvo, sé que él no podrá hacer nada por mí y tendré que volver con mis padres... en cambio, no sabes lo bien que me han tratado aquí, lo bien que me han hecho sentir en estos pocos días- continúo, limpiando unas cuantas lágrimas traicioneras que empiezan a caer. Ella me abraza. Cierro los ojos.

-Me alegro mucho que estés bien, de hecho, somos unas chicas muy afortunadas... mi vida también fue muy difícil y la he tenido que pasar muy mal... Jeff también me trata muy bien, me hace sentir tranquila y en calma, y a veces es tierno... es como si, cada vez que me ve llorar, se desespera, le da impotencia... o ganas de hacer hasta lo imposible con tal de no verme así... da muy buenos abrazos y... es muy bueno consolando- Me separo de ella y la miro con una ceja enarcada.

- ¿Jeff no te ha hecho nada malo? - ella niega, sonriendo y frunciendo el ceño- pensé que ya te tenía traumada.

- ¿Por qué lo dices?

-Digamos que... acabar con su paciencia es bastante fácil.

- ¿Qué dices? Si conmigo ha sido la persona más paciente del mundo durante estos días- la miro nuevamente, sin poder creer lo que estoy escuchando- pero, ¿a qué te refieres con que es muy fácil acabar con su paciencia?

-Me refiero a que cuando me llevó intenté correr y me ha atado de pies, manos y me ha tapado la boca, y luego me dejó así en mi habitación, a oscuras y encerrada- digo enojada. Ella me mira confundida, para luego mirarme con enojo.

- ¡Pero como se le ocurre hacer eso! ¡¿Qué le pasaba?! – levanto los hombros, dándole a entender que no sé- te tiene que pedir disculpas- niego con la cabeza, con miedo de que lo haga enojar más conmigo- Sí, sí... le voy a decir.

-Ari...

-Lissie... no lo va a matar disculparse- blanqueo los ojos, rindiéndome.

-Solo... no hagas nada que lo haga enojar- ella asiente sonriendo.

- ¿Qué te parece si vemos una película? – ella asiente nuevamente, sacando de la mesa de noche el control remoto del televisor. Nos acomodamos en la cama, y empezamos a buscar en Disney qué ver. Segundos después, se escuchan suaves golpes en la puerta. Luego, esta misma es abierta, dejando ver a Alanna asomarse.

- ¡Alanna, ven a ver pelis con nosotras! - exclama Ari, Alanna sonríe y entra a la habitación, sentándose en el espacio libre a mi lado. 

- ¿Ya se conocían? – pregunto curiosa.

-Sí, es que ayer he venido también- asiento, haciéndole más espacio a Alanna, para que pudiese estar más cómoda. Una vez las tres terminamos de estar cómodas, continuamos con la búsqueda de películas. Minutos después, todas estamos de acuerdo con ver tinkerbell.

Después de un buen rato de comentar y reírnos, la película termina, y nos gusta tanto, que decidimos ver la siguiente película, tinkerbell y el tesoro perdido.

Nos sentamos, nos volvemos a acostar, ponemos el pie encima de la otra y nos reímos a carcajadas, sin poner tanta atención en la película. Alanna nos tira un peluche a la cara. Ariana y yo nos miramos y sonreímos, para luego agarrar cada una un peluche y tirárselo a la cara a Alanna.

Un rato después de jugar, nos percatamos de que a la habitación acaba de entrar Carlo con una sonrisa, quien parece una estatua, parado al lado de la puerta. Siento el calor subir a mi rostro y aparto la mirada de él con una sonrisa.

-Niñas, Ehh... bajen a almorzar- las tres asentimos al tiempo, para luego apagar el televisor, arreglar la cama y empezar a caminar detrás de él. Me acerco a él y empiezo a caminar a su lado, levantando la cabeza para poder mirarlo. Él baja la suya, uniendo nuestras miradas y sonriendo. Le devuelvo la sonrisa.

Finalmente, llegamos al comedor y nos sentamos. Yo quedo en medio de Carlo y Aleksander. Frente a Carlo, Ariana, Frente a mí está Jeff. Bajo la mirada, pegándola en la mesa. Frente a Aleksander, Nikolai y al lado de él, Alanna.

Pronto, una señora nos trae la comida y todos empezamos a comer. El almuerzo transcurre entre risas y bromas, aunque yo no me reí con ninguna de ellas, y no hablé en ningún momento; pues la conversación con Ariana, me ha hecho sentirme triste, haciéndome recordar nuevamente muchas cosas que me atormentan. Cosas que me hacen tener pesadillas y sentirme la peor persona del mundo.

En varios ocasiones, Carlo y Aleksander me preguntaron si me sentía mal o me pasaba algo, por supuesto que a los dos les dije que estaba bien, no tengo por qué molestarlos con tonterías sin importancia. Porque eso es lo que mis padres me dijeron durante muchos años. Yo, no importo. 





Holaa!! 

Dejo esta nota para decirles que espero que les esté gustando la historia, y para avisarles que los siguientes dos capítulos, serán una vuelta al pasado, en donde les contaré algunos de los recuerdos más presentes en la cabecita de Alicia, y así, poder entender bien algunas cosas. 

Soy feliz, si estoy con ustedes (en proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora