Dulce Recuerdo © [Sweet #1] ✔

CAPITULO 19

Connor.

Decir que las últimas 24 horas han sido una montaña rusa de emociones, sería decir muy poco.

Primero enterarme que Dominic creó todo un escenario para hacerme creer que Eliza me engaño con él, y que ese recuerdo que me perseguía durante los últimos dos años ha sido falso.

Luego Eliza llega en medio de la noche para hablar sobre lo sucedido, y lo que hacemos durante toda la noche no es hablar precisamente.

Sacudo la cabeza, tratando de alejar esos recuerdos de anoche, sino tendré un grave problema que, a este punto, una ducha fría no solucionara. Podríamos continuar por donde lo dejamos anoche, pero Eliza tiene razón. Tenemos que hablar y aclarar lo que cada uno quiere antes de volver a llevar las cosas más físicas.

Llame a mi hermana hoy en la mañana, contándole todo lo que había pasado, Mia empezó a insultar a Dominic por la otra línea. Luego de sus insultos me preguntó por Eliza, le dije que estaba aquí conmigo, no esperó más explicaciones antes de decirme que venía a hablar con ella.

Asumo que las cosas están bien cuando mi hermana está por irse, ya que la sonrisa que Eliza tiene en estos momentos parece inquebrantable.

-Espero que esto -nos señala a Eliza y a mí -signifique que vas a visitar más a menudo por acá, hermanito.

-Sutil, Mia. Muy sutil, - la abrazó y le susurro -. Ya me desquitaré cuando Thomas vaya a visitar la casa.

-¡Eso me recuerda! -Mia se separa abruptamente de mi -. Mamá y papá quieren tener una cena familiar doble.

-Hace mucho no escuchaba ese término -Eliza señala.

Cena familiar doble, lo que llamábamos cuando mi familia y la de Eliza nos reunimos para cenar. Eliza y yo hemos sido una parte indispensable para el otro desde que nos conocimos, era cuestión de tiempo para que nuestros padres empezaran a planear cenas dobles para las familias. Aunque el nombre es completamente de Julian, que, según Eliza, no quería vestirse para la cena una noche y gritó que no quería ir a la cena familiar doble.

-¿Cuándo sería la cena? -pregunto.

-Hoy -me dice sonriendo -. Es sábado, los dos están libres para la cena -mira a Eliza -. Mis padres iban a hablar con tu mamá para que vengan a nuestra casa, esperamos que diga que si.

-Si mis hermanos le informan todo lo que paso, estoy segura que diría que sí.

-¡Listo! Los espero a las ocho -dice antes de irse.

Ambos nos quedamos viendo la puerta por la mi hermana salió, ¿en qué momento dijimos que sí?

Volteo a mirar a Eliza, quien también mira incrédula la puerta, pero su sonrisa no se ha borrado.

-Al parecer tenemos una cena a la cual asistir -le digo.

-Así parece -se lleva la mano a su cuello, desviando su mirada de la mía -. ¿Qué les diremos?

Frunzo el ceño ante su pregunta.

-¿A qué te refieres?

-Les diremos que estamos otra vez juntos, o que estamos viendo las cosas, o que descubrimos que solo funcionamos como amigos o... no se, que ya no queremos nada con el otro o que...

Detengo su balbuceo de palabras agarrando su rostro en mis manos, haciendo que vuelva a verme a los ojos.

Sus ojos revolotean por todo mi rostro. Puedo sentir sus dudas a mil kilómetros de distancia, solo espero que mis palabras le ayuden a calmar algunas de ellas.