CAPITULO 4

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Eliza

Tengo oficialmente una semana y dos días para convencer a Connor de hacer la entrevista, lo que quiere decir que tengo una semana y dos días para ser la sombra de Connor.

Nada de presión, en lo absoluto.

Razón por la cual ahora mismo me encuentro en un banco en la salida del edificio de su apartamento, no me atrevo a entrar porque seguramente le comentó al vigilante que me prohibiera el paso de nuevo a su apartamento.

Reviso mi reloj chequeando la hora, son las seis y media de la mañana, solo conozco a una persona que se levanta a esa hora un sábado solo para correr, espero que aun tengas la misma rutina, Connor.

Dejo escapar un gran bostezo antes de acariciar mis ojos con mi mano, es muy temprano para que pueda funcionar bien, pero todo sea por esa entrevista que dará paso a mi ascenso. Mi impaciencia crece cuando pasan quinces minutos y aún no ha salido, justo cuando estoy lista para rendirme escucho la puerta abriéndose, en seguida oculto mi cara en un periódico que encontré al lado de la banca, con el rabillo del ojo observo que sin duda es Connor con un short deportivo gris, zapatos de carrera y una sudadera roja y naranja, los colores de su equipo de baloncesto. Los leones de Chicago.

En cuanto veo que sale trotando hacia el parque que queda al frente me levanto de la banca y me preparo para trotar detrás de él, agradezco haber estado preparada para esto ya que tengo puesto unos leggins negros y una sudadera verde.

Trato de alcanzarlo antes de que empiece a correr de verdad, así que en vez de trotar cuando llego al parque empiezo a correr para alcanzarlo, cosa que logró.

- ¡Qué buen clima para correr! ¿No lo crees? -le digo en modo de saludo.

Si le sorprendió verme aquí, lo oculta muy bien porque parece que mi presencia no le generó nada.

- ¿Qué haces aquí?

-Correr ¿No es obvio?

-Tu no corres.

- ¡Por supuesto que lo hago!

-La última vez que corriste fue en la escuela y lo hiciste para no hacer nada en lo que faltaba del año.

Casi quiero reír de ese recuerdo, fue en el último año, llevaba un récord de notas perfecta a excepción de educación física, por lo que cuando la profesora O'Connor mencionó una maratón de veinticuatro horas en donde quienes participan no tenían que hacer nada más en el resto del semestre, yo obviamente acepté.

-Pues muchas cosas han cambiado desde la secundaria.

-Si fuera así no estuvieras como un cachorro, sacando la lengua por lo cansada que estas.

-No saco la lengua porque estoy cansada -digo jadeando.

- ¿Ah no? ¿Entonces por qué lo es?

Pienso en una respuesta elocuente que sacar, pero no hay nada en mi mente ahora. No puedo pensar mientras corro y habló a la vez.

- ¿Has pensado en mi oferta? -le pregunto cambiando de tema.

- ¿Me has ofrecido algo? -finge demencia.

-Parece que te has dado varias veces con el balón en tus entrenamientos -siseo -. Sobre la entrevista.

Él resopla hacia mis palabras, por un momento pienso que va a tener piedad de mí y se detendrá, pero hace todo lo contrario y acelera el paso obligándome a correr más rápido.

- ¡No tan rápido! -prácticamente le grito.

Estoy segura que algunas personas están mirándonos ahora mismo, pero tengo otras preocupaciones, como, por ejemplo, igualarle los pasos a este hombre.

Dulce Recuerdo © [Sweet #1]  ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora