Capítulo 25

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Darién

Ariadna era la chica más bonita que había visto en mis veinte años de vida, todo en ella era perfecto y a cada segundo, a cada mirada y a cada beso me hacía sonreír.

Fuimos caminando hasta la casa de mi madre, en el pasillo, entre mi habitación y la habitación de invitados nos despedimos con un pequeño beso.

—Buenas noches, guitarrista.

—Buenas noches, bonita —contesté.

Al despertar, fui al cuarto de invitados y entré a despertar a mi novia. "Mi novia" que bien sonaba decir eso. Había tenido alguna que otra novia antes, de adolescente y recientemente tuve a Seline, sin embargo, no terminamos muy bien.

Me tumbé en mi cama de mi infancia, encendí una lámpara de la mesa de noche y comencé a leer el libro que me había regalado mi chica.

Ariadna

Me senté en la cama de invitados, después de cambiar mi ropa de abrigo por un pijama calentito, cogí el libro que estaba leyendo —el que me regaló el guitarrista—, debía admitir que estaba demasiado interesante. Así me quedé leyendo toda la noche y apuntando con post-hits las frases que más me gustaban.

Cuando me entró sueño, ya casi al amanecer, había leído casi la mitad del libro.

Me quedé un par de minutos pensando en Darién, y al pensar en él, mi corazón se aceleró.

Era curioso. Tenía los latidos contados y se los estaba entregando todos a él.

A la mañana salí a pasear por el porche, me senté en él y encendí un cigarro mientras miraba el amanecer ponerse en el horizonte, colores anaranjados llenaban el cielo y me daban un espectáculo a la vista.

—¿Quién eres? —miré a mi frente cuando escuché una voz femenina dirigirse a mí.

—¿Yo? —le pregunté a la chica.

La observé con más detenimiento, era alta, unos 15 cm más que yo —aunque eso no era muy difícil—, pelinegra con mechas rubias y un rostro muy bonito.

—¿Quién más? —alzó los hombros y después procedió a cruzarse de brazos.

—Soy Ariadna —le respondí amable—, la novia de Darién.

—¿Novia? —cambió su expresión a una de enfado.

—Si, así es. ¿Algún problema? —me levanté.

—Pues sí, soy Seline. Su novia —recalcó la palabra novia y a mí se me cayó el mundo encima.

—¿Cómo que novia? —cuestioné acercándome a ella.

—Así como lo oyes, yo, soy su novia. Así que mantente alejada de él, te lo advierto.

—Primeramente, no creo que seas su novia, y segundo no me mantendré alejada de mi novio —recalqué la palabra "mi"

—Soy su novia, llevábamos 4 meses juntos hasta que te metiste en lo nuestro —se acercó más a mí con actitud enfadada.

—Pues lástima, porque ahora está conmigo y no puedes cambiar eso.

—¡Mal...! —levantó la mano para golpearme, y cuando me prepare para parar su mano, alguien lo hizo antes que yo.

—Si le tocas un solo mechón de cabello a mi novia, acabaré contigo, te lo juro Seline, y sabes que lo cumpliré.

Miré a Darién, quien agarraba la mano de la chica evitando que me tocara.

—Darién... —murmuró ella.

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