CAPÍTULO 14

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Jimin gritó e intentó apartarse. El dolor le resultó insoportable. Todo el placer que había sentido hasta ese momento quedó en el olvido mientras el implacable miembro de Jungkook se hundía hasta el fondo.

—Lo siento —murmuró con dulzura—. El dolor pasará enseguida, te lo prometo. —Lo mantuvo inmóvil con el peso de su cuerpo mientras Jimin luchaba contra él. Cuando se tranquilizó, Jungkook comenzó a moverse lentamente.

A pesar de todo, el dolor seguía consumiéndolo y trató de escapar sin lograrlo. Sin embargo, al cabo de unos minutos, sucedió algo extraño. El malestar comenzó a desaparecer, reemplazado por algo mucho más agradable. Le sintió realmente dentro de sí mismo, y era enorme, pero notó también que su cuerpo se dilataba para darle cobijo. Entonces, él flexionó las caderas, presionando con más intensidad y creando una fricción que no le resultó desagradable. Después, Jungkook volvió a moverse, saliendo casi por completo antes de introducirse suavemente.

Comenzó a susurrarle al oído, animándole a moverse también, a tomarle más profundamente. Por extraño que resultara, Jungkook había despertado algo salvaje en su interior y, cuando el dolor comenzó a transformarse en placer, Jimin acompañó sus movimientos, arqueándose en dirección contraria para aceptarle tan adentro como fuera posible. La pasión se apoderó de Jimin y le llevó cada vez más arriba. Entonces, él le cogió las nalgas con las callosas manos y le alzó todavía más.

—¿Te hago daño?

Jimin contuvo el aliento.

—No.

—En ese caso, tómame por completo, Jimin —dijo, dejándose llevar y hundiéndose hasta el fondo—. Acéptame totalmente.

Jimin echó la cabeza hacia atrás y cabalgó la tormenta de la pasión, alcanzando la cúspide en medio de unas enloquecidas oleadas de placer, surcando cada una de ellas. Volaron cada vez más alto y cada embestida era más fuerte, más rápida que la anterior, hasta que se vio inundado por una fluida, ardiente y creciente necesidad, tan placentera y brillante, que casi le hizo perder el sentido.

Jungkook se vio sorprendido por la violenta e inesperada respuesta de Jimin, pues ni siquiera en sus sueños más descabellados hubiera imaginado que él se convertiría en gelatina en sus brazos. Era todo lo que había esperado y mucho más de lo que merecía.

Con un gruñido que le tensó los tendones de la garganta, Jungkook acompañó los jadeos de su esposo. Casi rozando las estrellas, Jimin explotó dejándose llevar por el atormentador placer que le atravesó. Oyó que Jungkook gritaba, pero estaba demasiado perdido en aquella ardiente luz.

Jungkook dejó caer la cabeza en el hueco del cuello de Jimin. Su corazón palpitaba tan frenético. Vio que le habían caído algunos mechones húmedos sobre la frente y se los apartó con una mano temblorosa. Entonces, levantó la cabeza y rodó a un lado antes de ponerse un brazo sobre los ojos. Notó que Jimin se movía y alzó el codo para mirarlo. El joven abrió los ojos lentamente y sonrió.

—No era mi intención ser tan brusco. ¿Estás bien?

Jimin tenía un nudo en la garganta. No había sabido que sería así. Esperaba dolor y también placer, pero no había imaginado aquel goce indescriptible. ¿Cómo sería capaz de vivir sin Jungkook después de experimentar el éxtasis que era capaz de proporcionarle? Intentó moverse, pero se encontró con que estaba demasiado débil para hacer otra cosa que no fuera seguir tendido a su lado.

—Estoy bien —dijo—. No sabía que sería así.

—¿Por qué, Jimin? ¿Por qué has venido a mí ahora, cuando podíamos haber disfrutado durante todas estas semanas?

HEART'S SECRET -KOOKMIN-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora