CAPÍTULO 24

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Hyori miró a Seokjin. Su expresión la asustó y pensó que era bueno no tener que vivir bajo el mismo techo que un hombre tan enfadado, sin embargo no le sorprendía que estuviera molesto. Youngjae también se comportaba así en algunas ocasiones; aunque solía mantener bajo control su brutalidad, a veces, cuando... Negó con la cabeza sin permitir que aquellos desagradables pensamientos inundaran su mente. Si se negaba a pensar en ello, casi podía llegar a creer que Jeon Jungkook era realmente el padre de su hijo.

—No me importa que Seokjin no quiera vivir conmigo. Mi bebé tendrá el apellido igualmente. —Miró a Youngjae como si buscara su aprobación, que él le ofreció con una amplia sonrisa.

—Bueno, ahora nos quedaremos aquí sentados a esperar al re­verendo. El nuevo señor Jeon y Taehyung serán los testigos y yo entre­garé a mi hermana en ausencia de mi padre.

—¿Qué opina tu padre de todo esto? —preguntó Seokjin con curiosidad—. Se tiene que haber dado cuenta de que Hyori está en estado.

—El viejo está demasiado débil para darse cuenta de nada —se burló Youngjae—. Se cree todo lo que le decimos. Ayer le men­cioné que Hyori pronto obtendrá un padre para su hijo y pa­reció quedar conforme.

—Qué conveniente para ti, ¿verdad?

—¡Maldita sea! Los Jeon os consideráis mejores que los demás ¿verdad? Pero da igual, de cualquier manera, mi hermana llevará vuestro apellido. Y, si yo fuera tú, me quedaría con ella. Una vez que nazca su pequeño bastardo, podrías encontrarle alguna utilidad.

—Si no estuviera en juego la vida de Jungkook, os echaría de aquí a patadas —gruñó Seokjin, conteniendo por los pelos su tempera­mento. Estaba a punto de volverse loco y no sabía cuánto tiempo lograría mantener los puños alejados de la cara de Youngjae.

Procurando relajar un poco la explosiva atmósfera, Jimin in­tentó que Seokjin se sentara y se relajara. Pasarían por lo menos dos horas antes de que Taehyung regresara con el reverendo.

—Tengo cosas que hacer —dijo Seokjin, dirigiéndose a la puerta—. Atiende a nuestros invitados, Jimin.

—¡No se te ocurra largarte de aquí! —le gritó Youngjae.

—No irá a ningún sitio si es la vida de su hermano lo que corre peligro —dijo Jimin—. Será mejor que tomemos un café mientras esperamos.

Dos horas después, Taehyung regresó con el reverendo Purdy, un hom­brecillo medio calvo con pequeños ojos redondos y la nariz bul­bosa. Venían acompañados de otro hombre.

Al reverendo Purdy le esperaban todos, a Jang Riley, no.

—Quería que Jang oyera la verdadera historia de una vez por todas, así que lo he traído para que escuchara lo que tenía que decir Hyori —dijo Taehyung tras invitar a los hombres a entrar en la casa.

—No hasta después de la boda —recordó Youngjae—. Vamos, no perdamos más tiempo, ¿reverendo?

—¿Dónde está el novio? —preguntó Purdy con ansiedad. Jeon Taehyung le había pagado en efectivo para que no hiciera preguntas sobre aquella extraña petición. Y era más dinero del que había visto en mucho tiempo. No imaginaba por qué Hyori había cambiado de hermano, pero le habían pagado y él mantendría la boca cerrada. Su trabajo era salvar almas, incluso aunque éstas es­tuvieran más allá de la redención divina.

—Aquí estoy, reverendo —dijo Seokjin, entrando en la sala—. ¿Comenzamos?

El reverendo Purdy miró el semblante de Seokjin y se puso pá­lido. Se aclaró la garganta ruidosamente.

HEART'S SECRET -KOOKMIN-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora