CAPÍTULO 40

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-Estupendo. Ahora podremos... ¿qué es lo que has dicho? -El corazón le bombeó ruidosamente contra el pecho-. Repí­telo más despacio.

-Vas a ser padre. Estoy embarazado.

Jungkook seguía paralizado.

-¿Hace mucho tiempo que lo sabes?

-Un poco.

-¿Lo sabías cuando te marchaste de Dry Gulch? ¿Cuándo Kang te obligó a casarte con él? ¿Cuándo te llevó a Butte? ¿Cuándo te drogó? ¿Cuándo te escapaste y cabalgaste en medio de la noche en busca del marshal?

Jimin asintió con la cabeza a todas las preguntas.

-¡Maldito hijo de puta! ¡Mataré a Kang con mis propias manos! ¿Le ha pasado algo a nuestro hijo? ¿Todo... todo va bien?

Jimin se pasó las manos por el vientre.

-Todavía está aquí, Jungkook.

-¿Cuándo nacerá?

-Dentro de seis meses.

Jungkook se estremeció y se hundió en la cama, olvidándose mo­mentáneamente de la comida.

-¿Por qué no me lo dijiste? Maldita sea, Jimin, ¿y si hubiera firmado los documentos del divorcio? ¿Tenías intención de decirle a Kang que el niño era suyo y que lo criara él?

-No quería ser una imposición en tu vida. Quería que me qui­sieras por mí mismo, no porque estuviera embarazado. En lo que respecta a Kang, jamás fue mi intención casarme con él. Después de que liberara a Lim pensaba contarle lo del bebé y ofrecerle el rancho a cambio de mi libertad. Y si eso no funcio­naba, ya se me habría ocurrido algo. Hubiera preferido morirme a permitir que me tocara.

Jungkook se puso de pie, lo cogió por los hombros y lo apretó con­tra su cuerpo.

-Casi te pierdo. Es más, podría no haberme enterado nunca de que estabas embarazado.

-Estás enfadado.

-Tengo todo el derecho del mundo a estarlo.

Jimin pasó la mano por los rasgos recién afeitados con los ojos llenos de lágrimas.

-Todo ha salido bien, cariño. Yo estoy bien, el bebé crece sano y tú estás vivo.

-¡Maldita sea! -susurró Jungkook. No era su intención maldecir pero se acababa de dar cuenta de repente de lo cerca que había estado de perder a Jimin y a su hijo. Podría haber firmado los do­cumentos del divorcio, Kang podría haber hecho daño a Jimin...

-Lo siento, Jungkook, debería habértelo dicho, pero no quería provocarte más angustia de la que ya te había causado. Te estropeé la vida una vez y quería dejarte en paz. Mis problemas ya no eran asunto tuyo.

Jungkook apretó los dientes. Tenía que pensar, tenía que enfren­tarse a lo que podía haber sido una pérdida desastrosa.

-Necesito estar solo. Reúnete conmigo en el comedor dentro de media hora.

Jungkook tenía que salir de allí antes de que acabara llorando como un tonto. Por supuesto que estaba enfadado por no haber sabido antes lo del embarazo de Jimin, pero aquello era mucho más que un simple enfado. Se sentía profundamente humillado por el sa­crificio que Jimin había hecho. Él había arriesgado su vida para salvarle a pesar de su delicado estado, tras sufrir lo indecible a manos de Kang. Nadie podía pedir mayor prueba de amor. Se prometió a si mismo que jamás le daría motivos para que dejara de amarle.

HEART'S SECRET -KOOKMIN-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora