Capítulo 16

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En la mansión Featherington estaban de manteles largos, pues estaban siendo visitadas por Penélope y el principe Fabio.

Penélope de cierta manera estaba muy feliz, pues su madre y hermanas la estaban tratando como la hija menor que siempre ha sido pero que al fin podían ver pues le demostraban cariño y amor.

Prudence que siempre se portó mal con su hermanita se encontraba muy apenada con ella, las veces que Penélope le decía algo, Prudence la trataba con respeto y cariño, ya que cuando Penélope se ausento por mucho tiempo sin saber nada de su paradero, es cuando se dió cuenta lo mucho que la quería y que le hacía falta, por eso cuando podía abrazaba y llenaba de besos a Penélope y está solo sonreía divertida.

Phillipa se enojó mucho cuando Penélope se desapareció, no tenían rastro de ella y se enojo más cuando se enteró que estaba embarazada y no podía disfrutar de su embarazo pues se la paso preocupada de pensar que algo le podía pasar a la Featherington menor, además que Portia lloro muchas noches por su hija menor.

Penélope no se había dado cuenta de la manera tan natural con la que las palabras le fluían al platicar con el príncipe pues cuando se trataba de hablar con un caballero está se volvía muda o en su caso balbuceaba las palabras.

Portia miraban orgullosa a su hija menor, había crecido mucho. Ya no era la niña, que se escondía en los bailes. Ahora era toda una mujer que llamaba la atención dónde sea que ella se parará. Además que era bien sabido que las Featherington eran muy guapas, pero los cotilleos que las envolvían en cada temporada las dejaban mal paradas.

Portia miraba a Penélope y le sonreía. No sabía si decirle algo sobre lo ocurrido el día que recibió la carta donde ella le decía que estaba bien. Pues tal vez tenía información valiosa, pero viendo a su hija al lado de un principe era muy tentador.

- Madre, ¿Está todo bien? - Prudence.

- Si, si. Disculpen estaba pensando que hacía mucho tiempo no teníamos un almuerzo así. Con toda la familia y un principe.

- Madre. - Dijo Penélope, Fabio tosio.

- Ciertamente señora Portia, me lo he pasado de lo más agradable en la compañía de todos ustedes. - Fabio.

El esposo de Phillipa entro por la puerta y saludo, tomo asiento y se dispuso almorzar. El nunca tenía algo interesante de que hablar.

Las horas pasaron, hasta que el carruaje real se detuvo en la puerta de las Featherington y el principe Fabio y Penélope salieron de ahí.

Hayacinth miraba por la ventana, Penélope alzó la mirada y sonrió hacia ella. Hayacinth alzó la mano y se despidió, Penélope le dedicó una reverencia y subió al carruaje.

- Wooo, es toda una princesa. - Dijo Hayacinth.

- ¿Quién? - Pregunto Kate.

- Penélope acaba de salir de su casa con el príncipe. - Kate fue a la ventana y vio que el carruaje real se marchaba. Miro a la niña y alzó los hombros en respuesta.

A la mañana siguiente Penélope después del desayuno con la realeza visitaría la biblioteca principal. Necesitaba hayar información de ciertos lugares como nombres de pueblos, localidades que no había en los libros de la biblioteca del castillo.

La encomienda de la reina Charlotte para Penélope no era un juego, se tomaba muy en serio su trabajo.

- ¿Le gustaría que le acompañé señorita Penélope? - el principe Fabio, estaba siendo meramente amable.

- No es necesario, pero si quiere conocer la biblioteca del centro pasara un rato agradable.

- Me encantaría.

Mr. Bridgerton, que tenga una excelente tarde.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora