Capítulo 1

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Tres días después del incidente Penélope recibió una invitación para tomar el té en la casa Bridgerton pero se tuvo que excusar diciendo que se encontraba enferma, una gripe le había padecer unos días metida en la cama.

Violet leyó la nota y se puso un poco triste pues sabía que Pen y Eloise se habían enemistado pero no sabía el motivo. En la nota ella sabía que Penélope mentía y sí Pen mentía asumió que el problema entre su hija y la mejor amiga de su hija era bastante grande.

La mañana del sábado todos los Bridgerton y las esposas de estos salieron a despedir a Colín, este se iba de viaje.

- Por favor Colín no olvides escribirnos. - pidió Violet a su hijo.

- No madre, - respondió mientras montaba su caballo y miro rápidamente hacia la casa de los Featherington sin visualizar a nadie en especial. - Me aseguraré de que así sea.

- Colin, asegurate de mantenerte en contacto, es un poco frustrante no tener información de mi hermano, si necesitas ayuda no dudes en pedirla te iremos a socorrer de inmediato ¿De acuerdo? - Le dijo Anthony mientras miraba a Colin alzando la cabeza.

- Así será hermano.

- Hermano no olvides traerme algo bonito cuando regreses. - pidió su hermana Hayacinth.

- Y tampoco olvides avisarnos que estarás en otro lugar. - Dijo Eloise.

- Me aseguraré de todo, se los prometo. ¿De acuerdo? Ahora tengo que irme. - Colín se acomodó el sombrero, se despidió agitando la mano y puso en marcha al caballo que lo llevaría a conocer ciudades y paisajes nunca vistos.

Mientras tanto en casa de Penélope, específicamente en la sala. Se encontraban reunidas todas las Featherington con sus respectivos esposos. Pues había llegado una carta donde las invitaban a todas ellas a pasar unos días en el campo. Pero la realidad es que no querían moverse de la ciudad.

- Entonces respondere que declinaremos la invitación. - Dijo Portia.

- Madre, a mí me encanta la idea de pasar unos días en el campo. - dijo Penélope.

- Pero es imposible que vayas tu sola, no tenemos mucho personal y...

- Déjame ir. De verdad quisiera salir por favor. - Portia intuyo un tono nostálgico en esas palabras de su hija y sin más respondió.

-Saldras el lunes por la mañana, te llevará nuestro coche y Penélope Featherington tendrás que estar aquí antes de Navidad.

A Penélope le brillaron los ojos, tenía una sonrisa en el rostro y un oyuelo en cada mejilla. Las hermanas mayores se miraron sorprendidas ante la respuesta de su madre.

-Ahora responderé esa carta. - dijo Portia mientras se ponía de pie y salía de la sala. Penélope les sonrió a sus hermanas y después salió corriendo escaleras arriba para acomodar su equipaje para el viaje.

El lunes por la mañana Penélope se encontraba en la escalinata de su casa sus hermanas y sus esposos, su madre y su ama de llaves y su doncella la despedían.

Por fin Penélope saldría de Londres, conocería el campo a su estilo, su primer viaje sola. ¡Estaba muy emocionada! Penélope se despidió de cada una de ellas y le dijo a su doncella que en su habitación había dejado una carta, que la entregará. Después de pedir eso a su doncella Penélope subió al coche, se puso en marcha hacía una nueva aventura.

En su mente repasaba todo, esperando no haber olvidado algo.

- Hojas, tinta, plumas, sello, cera, libros, dinero... - cuando la palabra dinero paso por su mente pensó en su escondite, aquella fortuna que había amazado con el paso del tiempo - vestidos, camisones, cepillo, - se iba repitiendo una y otra vez. Hasta que el sueño la venció.

Mr. Bridgerton, que tenga una excelente tarde.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora