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La traición me desgarra las entrañas. ¿Jimin iniciándose en la Hermandad? No puede ser. El rostro de YongGuk se ilumina con su sonrisa de tiburón.

—Sabía que tarde o temprano verías las ventajas. Muy pronto podrás disfrutar de una vida mucho más agradable.

—Me trae sin cuidado su dinero o sus privilegios o su arrogante creencia de que dominan el mundo —espeta Jimin. El desprecio que le inspira YongGuk se refleja en sus duras facciones —Me mueve una razón, y solo una. Mientras no pueda evitar transformarme cada noche, estaré poniendo en peligro a todo el mundo, desde desconocidos hasta las personas a las que más quiero —Se vuelve hacia mí un instante, y casi se me escapa un sollozo —Anoche acabé con la vida de un hombre. Después de eso, debo ser iniciado, y cuanto antes mejor. Me lo exige mi conciencia. Cualquier otro deseo que pueda tener no vale lo suficiente para destrozar la vida de otras personas ­­—Lo peor de todo es que le entiendo. Aunque lo detesto, sé que Jimin tiene razón. Por muchas precauciones que tomemos, por mucho que nos esforcemos porque su transformación en lobo no ponga en peligro a nadie, la Hermandad se encargará de echarlas por tierra. Es injusto, y es horrible que esté ocurriendo justo cuando parecía que teníamos una oportunidad de mantenerlo a salvo, pero está ocurriendo. No podemos huir. Estamos atrapados con ello en medio del océano. Así y todo, no soporto la idea de que se convierta en esclavo de la Hermandad.

—Minnie, no lo hagas. No debes hacerlo.

—Debo. Después de lo que sucedió anoche no me queda otra opción —Después de que matara a un hombre, quiere decir, por lo que le replico:

—La Hermandad podría convertirte en un asesino para sus propios fines. ¿Es preferible eso a lo que sucedió anoche? En mi opinión es mucho peor.

—Podría, pero no lo hará —responde rotundamente Jimin. YongGuk me mira con desprecio, como si fuera un chiquillo estúpido preguntando por qué el cielo es azul —¿Desaprovechar a un hombre de la riqueza y la posición social de Jimin como matón? Tenemos mejores usos que darle —Jimin responde al comentario sobre los «usos» alzando el mentón, para lo cual emplea hasta el último centímetro de estatura que sobrepasa a YongGuk.

—Además, si no puedo desafiar a la Hermandad desde fuera, quizá pueda cambiarla desde dentro. Tiene que haber otros miembros como yo que hayan ingresado contra su voluntad. ¿Y si resulta que nosotros somos más que ustedes? —Es imposible que se crea ese cuento. Quiero gritarle que cierre la boca, pero la decepción me impide hablar. YongGuk se limita a reír.

—Antes o después pensarás como yo, Jimin. Cuando hayas descubierto el placer de matar, el significado de la dominación, lo entenderás todo —Endurece la expresión, creando una máscara que casi semeja una mofa de sus bellas facciones —Y me obedecerás desde el principio. Yo soy tu superior en la manada, lo que quiere decir que tu mente siempre me pertenecerá —Al principio no lo entiendo, pero luego recuerdo lo que Jimin me dijo aquel amanecer en el baño turco. «Si la Hermandad puede controlarme tanto como asegura, podría ordenarme que te matara, y lo haría». Pueden controlar su mente. A partir de ahora Jimin ya no me pertenecerá. Fue mío no más de un segundo, y sin embargo siento que su pérdida me acompañará toda la vida.

—No le escuches —digo a YongGuk —Está enfadado, no sabe lo que dice —Ni siquiera yo me creo mis propias palabras, pero no soporto permanecer callado. Me interpongo entre ambos para que el monstruo se vea obligado a mirarme. ¿Acaso no siente cierta fascinación por mí? Tanto temo por Jimin que estoy dispuesto a utilizar dicha fascinación para desviar su atención —No puedes tomarte en serio lo que está diciendo.

—Hueles a... miedo. Y a lujuria —La sonrisa de YongGuk me produce náuseas —Qué combinación tan tentadora —La puerta se abre con tanta fuerza que aporrea la pared, y todos nos sobresaltamos. Pero solo se trata del señor Namjoon.

TENEBROSA AQUA   ✧ JIKOOK ✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora