16

57 11 0
                                    


Me incorporo de golpe al tiempo que SoMin exclama:

—¿Qué ocurre? —Los gritos del pasillo se multiplican cuando algo golpea con fuerza la pared, se produce otro sonido, grave y profundo. Un gruñido.

—Dios mío —Salto de la cama y corro hasta la puerta. SoMin me grita que me detenga, pero la abro de todos modos y saco la cabeza. En el pasillo hay media docena de personas en pijama, tendidas en el suelo o aplastadas contra la pared, chillando y gateando mientras intentan escapar del lobo. Antes de vislumbrar el pelo rojo ya sé que es Jimin. Ahí está, tan grande como lo recordaba e igual de salvaje. Es la primera vez que veo a su ser lobuno a plena luz, y me impacta lo aterrador y lo bello que es. Sus colmillos, blancos y brillantes, son grandes como cuchillos, y el pelaje proyecta reflejos castaños cuando se eriza sobre el largo lomo. Las cuatro pezuñas plantadas en el suelo son anchas como platos y están coronadas por garras curvas. El lobo rojo da vueltas por el pasillo, medio enloquecido, con la poderosa mandíbula apretada. Mas yo puedo ver lo que nadie más ve, que el Jimin que lleva dentro está lidiando contra todo instinto animal para no herir a nadie. Dividido entre el hambre voraz del lobo y su deseo humano de salvaguardar a todo el mundo, se está mordiendo a sí mismo, haciéndose sangre, arrancándose mechones de pelo —¡Déjenle tranquilo! —grito, pero nadie me presta atención, si es que alguien entiende mi idioma. Cuando me dispongo a salir al pasillo, SoMin me agarra del brazo para impedírmelo, pero me escurro y corro hacia Jimin. Si me ve recordará mejor quién es. Quizá pueda llevármelo a un lugar tranquilo, donde no haya pasajeros, para que nadie corra peligro y donde no se enfrente a tantas tentaciones. Vale la pena intentarlo, en cualquier caso. Sin embargo, alguien le da alcance antes que yo: Seokjin, seguido de tres asistentes —¡No! —Alargo en vano una mano para impedírselo. Jin no me oye u opta por no hacerme caso. ¿Por qué iba a hacerlo? Es un buen oficial que está intentado proteger a la gente de este barco de una amenaza que jamás creyó posible. Se abalanza sobre el lobo con intención de inmovilizarle. El lobo no le muerde, pero le araña, con saña, rasgándole el uniforme y haciéndole gritar de dolor. Dios mío, ¿se convertirá ahora en hombre lobo? No, para eso ha de morderle. Aunque el zarpazo le abre una herida profunda en la carne y una vez que el lobo rojo huela la sangre...

—¡Seokjin! —SoMin se halla ahora detrás de mí, impulsada por su deseo de protegernos a Jin y a mí. Intento hacerle retroceder (cuanta más gente haya en el pasillo, peor para todos), pero todo está sucediendo demasiado deprisa. Los asistentes avanzan ahora hacia el lobo, embistiéndole con sillas y un trozo de madera. Un remo, parece. No lo sé, no puedo verlo bien. El lobo gruñe y se agazapa como si fuera a abalanzarse sobre ellos en cualquier momento. Cada uno de sus músculos está listo para saltar. Algunos pasajeros aprovechan la situación para huir, pero a otros les paraliza el miedo. ¿Qué ocurrirá si lo atrapan? ¿Si lo mantienen enjaulado al alba, cuando se transforma de nuevo en mi Jimin? Su secreto saldrá a la luz, y no quiero ni imaginar lo horrible que sería eso. Entonces caigo en la cuenta de que podría ser mucho más espantoso cuando veo a un asistente abalanzarse sobre el lobo empuñando algo que debe de haber arrancado de una caja de emergencia: una enorme hacha roja.

—¡No! —Suelto a SoMin y echo a correr, saltando por encima de los horrorizados pasajeros tirados por el pasillo, para interponerme entre el lobo y el hacha. Estirando los brazos, grito —¡No le hagan daño! ¡Déjenle en paz!

—¿Está loco? ¡Apártese! —El asistente me golpea un costado con la empuñadura del hacha para hacerme a un lado. El impacto me corta la respiración y caigo al suelo sobre las manos y las rodillas. El lobo gruñe ferozmente y enseguida comprendo por qué: cree que el asistente me está atacando. Jimin se acuerda lo bastante de sí mismo para protegerme en cualquier situación. Mientras le lanzo un grito de advertencia, salta por encima de mí y derriba al asistente. El hacha golpea el suelo.

TENEBROSA AQUA   ✧ JIKOOK ✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora