Capitulo 6: El Encuentro con el Demonio Guerrero

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Cuando me di la vuelta para enfrentar a la persona que se había acercado mi sigilosamente, un escalofrío recorrió mi espalda. Sus palabras cargadas de hostilidad resonaron en el aire, dejándome momentáneamente sin aliento. Sin embargo, lo que me dejó perplejo no fue solo su extraña apariencia, sino el hecho de que pudiera reconocerlo de inmediato.

Frente a mí se encontraba un ser que pertenecía a las páginas oscuras de la historia de Dragon Ball, alguien cuya maldad y sed de sangre eran inconfundibles. Era el segundo hijo del Rey Demonio Piccolo, el despiadado y sanguinario demonio guerrero Tambourine.

Sus rasgos eran una macabra amalgama de lo grotesco y lo letal. Su piel verde pálido contrastaba con su musculatura imponente, mientras sus dos alas ominosas se extendían a sus espaldas, listas para desplegarse y llevarlo a la batalla. La falta de una nariz en su rostro y su mirada penetrante completaban su apariencia terrorífica.

Pero había algo más en él, algo que trascendía su aspecto físico y envolvía su ser: el aura malévola y el aura de muerte que emanaban de cada fibra de su ser. No había duda alguna de que Tambourine era un verdadero demonio en todos los sentidos de la palabra.

Supongo que esta es una de las cosas que uno no podría saber de los personajes a menos que esté parado frente a ellos en carne y hueso. Lo que me llamó la atención de Tambourine fue que vestía de manera diferente a como fue ilustrado en el universo de Dragon Ball. Llevaba un Gi de artes marciales de color negro, ceñido por un cinturón rojo, y en el lado derecho de su pecho llevaba impreso el logo que el Rey Piccolo usaba en su ropa: el kanji 魔 (ma), que significa "DEMONIO", "DIABLO" o "ESPÍRITU MALIGNO".

Parece que estuve demasiado tiempo sumido en mis pensamientos, ya que Tambourine parecía haberse cansado de esperar a que respondiera. Su voz resonó con desprecio y un orgullo excesivo.

"¡¿ERES IDIOTA O SORDO? ¡RESPONDE A MI PREGUNTA, ¿QUIÉN ERES?!" gritó, dejando en claro su falta de paciencia y su convicción de que podía deshacerse de mí con facilidad. Sus ojos, llenos de malicia, me escrutaron con desdén mientras esperaba mi respuesta.

El grito de Tambourine resonó en el aire, interrumpiendo mis pensamientos. Sus palabras despectivas y su mirada llena de malicia solo avivaron mi determinación. Recordando lo poco que sabía sobre él, especialmente su breve vida antes de ser derrotado, decidí responder con audacia y confianza.

Manteniendo mi compostura, dirijo mi mirada directamente a Tambourine y le respondo con un tono firme pero controlado: "Deja de lado esa actitud arrogante antes de que te aplaste como el insignificante insecto que eres. Puede que disfrutes atemorizando a los débiles, pero estás muy equivocado si crees que voy a sucumbir al miedo ante un monstruo como tú".

Mis palabras fueron un claro desafío a la arrogancia con la que Tambourine se había dirigido a mí. Conocía su personalidad, la cual se había revelado durante sus enfrentamientos en el arco del Rey Demonio Piccolo. Era alguien que se mostraba fuerte ante los débiles, pero débil ante los fuertes.

Sabía que cuando sentía que su vida estaba en peligro, no dudaba en huir. Sin embargo, al escuchar mis palabras desafiantes, era más probable que se enfadara y me atacara sin dudarlo.

Sabía que Tambourine, como uno de los demonios guerreros engendrados por el Rey Demonio Piccolo, tenía arraigado en su naturaleza el creer que su especie y su familia eran superiores a todos los demás. Esta creencia les impulsaba a menospreciar y despreciar a todos a su alrededor. Es fácil suponer que si alguien con este tipo de pensamiento fuera desafiado o insultado, era casi seguro que buscaría castigar a la otra parte.

Al tener en cuenta este rasgo distintivo de los demonios guerreros, era consciente de que mis palabras desafiantes y mi negativa a ceder ante su actitud arrogante podrían desencadenar su furia y deseo de castigarme. Su naturaleza impulsiva y sed de violencia podrían prevalecer sobre cualquier sentido de cautela que pudiera tener en ese momento.

El Destino Alterado: Una Nueva HistoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora