Capítulo 10: La Cena del Cazador

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Mientras observaba a Yajirobei, pensé para mí mismo: "¿Dónde demonios vamos a cocinar eso?" Recién caí en cuenta de que estábamos en medio del desierto, y mis preocupaciones sobre la cocina parecían ser completamente inútiles.

Yajirobei terminó de procesar al dinosaurio rápidamente, y cuando todo estuvo listo, sacó de su kimono una pequeña caja de metal. De esa caja, tomó una cápsula poi-poi famosa de Dragon Ball, y al presionarla, la arrojó a unos metros de distancia.

Para mi sorpresa, la cápsula se abrió revelando un completo equipo de cocina. Había una robusta mesa de trabajo para manipular grandes trozos de carne, un horno de ladrillos y una amplia parrilla. Además, había suficiente carbón y madera para cocinar durante horas y horas.

Supuse que Yajirobei estaba acostumbrado a cocinar grandes presas, ya que tenía una cápsula poi-poi como esa. Era evidente que iba a llevar tiempo preparar todo, así que decidí aprovechar ese tiempo para hacer un entrenamiento de fuerza.

Comencé a hacer flexiones de brazos, y al principio me sentía bien. Pero cuando llegué a las cien flexiones, sentí que faltaba algo, como si lo que estaba haciendo no fuera suficiente. Busqué entre las cosas de la casa móvil y encontré una cuerda, que utilicé para atar una gran roca a mi espalda. Con ese peso extra, continué ejercitándome.

Mientras hacía un gran número de flexiones, el aroma de la carne comenzó a llegar a mi nariz. El olor era tan delicioso que hizo que perdiera el control, debilitando la fuerza de mis brazos. Me encontré luchando contra la tentación de dejar de hacer flexiones y dirigirme directamente hacia la comida.

Finalmente, logré completar mi rutina de ejercicios y me puse de pie, sintiendo cómo el esfuerzo había fortalecido mis músculos. Me acerqué a la parrilla donde Yajirobei estaba ocupado cocinando, y mis compañeros se habían reunido alrededor, esperando ansiosos por la deliciosa comida que estaba por venir.

Aunque me gustaría hablar con los demás para conocerlos mejor y reunir más información de este mundo, la verdad es que no tenía nada más en mi mente que devorar toda la carne frente a mí que pudiera. El aroma era tan irresistible, gracias a la habilidad de Yajirobe en la cocina.

Cuando probé el primer bocado, mi mente quedó en blanco. Ya no podía pensar en nada más que en devorar toda la carne que tenía delante de mí. No estoy seguro de cuánto comí, pero cuando finalmente me sentí satisfecho, nos habíamos terminado todo el dinosaurio y todos parecían estar llenos.

Tenshinhan y los demás entraron en la casa móvil, pero yo decidí no seguirlos. En cambio, salté sobre el techo de la casa móvil y me recosté, contemplando el cielo estrellado.

Estoy seguro de que, sin importar cuántas veces vea este cielo estrellado, nunca me cansaré de él. Supongo que las memorias de mi vida pasada son las culpables de esto. En el mundo en el que vivía, era difícil observar las estrellas debido a la contaminación lumínica.

Pero aquí, en este mundo, se podían ver claramente las estrellas. Sé que estuve en el espacio y tengo recuerdos de mi vida como Yamato, pero en ese entonces no les daba mucha importancia, ya que eran algo normal para mí. Supongo que todo depende de la perspectiva de uno.

Mientras observaba las estrellas, mi respiración se volvió lenta y mis párpados se fueron cerrando lentamente, sumiéndome en un profundo sueño.

Esa noche, tuve un sueño inquietante. Me encontré en un mundo de brea negra, de pie sobre un terreno interminable de color negro, cuyo suelo se sentía inestable, como si en cualquier momento me fuera a hundir. De repente, cientos de manos surgieron del suelo e intentaron arrastrarme hacia abajo.

Me desperté repentinamente, mi cuerpo cubierto de sudor y mi respiración acelerada, incluso llegué a saltar de donde estaba dormido, temiendo que las manos fueran a arrastrarme, me tomo un tiempo darme cuenta de que todo eso fue un sueño sin importar cuan real se haya sentido.

El sueño me dejó con una sensación de inquietud, me dejo en un estado similar a la paranoia incluso el sonido del viento me hizo voltearme en búsqueda de un enemigo invisible.

Sabía que todo eso no era más que mi miedo, todo eso estaba en mi cabeza y no había nadie oculto en la oscuridad de la noche, pero aun así no podía olvidarme de eso.

Para mi suerte el amanecer ya estaba cerca y había dormido más de lo que pensé, aunque esa pesadilla no había dejado que mi mente descansara tras un día tan alocado, así que decidí relajar mi mente a través de la meditación hasta que todos despertaran.

El primero en despertarse resulto ser Yamcha - ¿Estuviste allí toda la noche? – fue lo que me pregunto en cuanto me vio.

Esa pregunta no solo apuntaba si había estado en el techo de la casa móvil durante la noche, también implicaba la pregunta de si había dormido o no.

- Me acabo de despertar, y estaba esperándolos a ustedes

Todos comenzaron a despertarse minutos después de Yamcha, parece que Yajirobei era el cocinero designado del grupo porque él había preparado la cena anoche y el desayuno ahora.

Tenshinhan comenzó a conducir mientras el resto desayunábamos y luego fue reemplazado por Yamcha, cuando termine de desayunar volví a subir al techo por el hueco que hicieron ayer y allí me quede observando el paisaje.

El Destino Alterado: Una Nueva HistoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora