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Cambio...

No podía dormir, su cerebro había decidido hundirlo en un sinfín de pensamientos en vez de querer descansar, cosa que, en sí, al joven no le molestaba, seguía siendo malo para su salud.

Ya había pasado por mucho al descuidar su cuerpo por la falta de alimentos y pocas horas de sueño, así que era mejor deshacer toda esa laguna de palabrerías sin sentido desde raíz.
Sentándose sobre su cama, tomó su celular y marcó un número el cual ya sabía de memoria.

Fueron tres tonos los que sonaron antes de que la llamada fuera contestada. -¿Fuyu...?- fue lo primero que se escuchó desde el otro lado.
Matsuno se arrepintió instantáneamente al escuchar la voz cansada de su amigo, sabía que no había sido la hora correcta para llamar, pero su curiosidad era insoportable.

Hola, Kazutora, lamento la hora...— Murmuró, hizo una reverencia en forma de disculpa aún sabiendo que el otro chico no lo vería.

Se escuchó un bostezo antes de que la voz cansada respondiera, —No pasa nada, ¿qué ocurre?

Tardó un poco en contestar.
¿Takemichi...- Él realmente fue mandado a cuidar por una familia?— la duda en sus palabras era palpable, pero no quiso detenerse en acomodar sus dudas las cuales fueron revueltas con pequeñas justificaciones y palabras sin sentido. —Digo, realmente no estoy seguro que en los hospitales hagan eso, quizás busquen familiares o los tengan en el hospital hasta que estén mejor, ¿no?, ¿por qué buscar una familia para que lo cuide?, además, ¿por qué una familia tan adinerada querría llevar a un adolescente desconocido a su casa?, de paso, ¿por qué las señoritas ahí le decían "joven Hanagaki"?, ¿es normal qu-...

¡Alto!, espera, Chifuyu. Mierda— El mayor entre los dos detuvo el río de preguntas que hacía el otro, después un suspiro estresado resonó en la llamada, —Dame un segundo, contestaré tus preguntas, solo... Solo déjame procesar todo lo que me dijiste...

Está bien, una disculpa— Hizo otra reverencia la cual nuevamente no fue vista por el otro chico de cabellos negros con mechones rubios.
Después de eso se hizo un silencio bastante largo en la llamada donde solo se escuchaba la respiración de los dos jóvenes, uno estresado y confundido, y otro ansioso y curioso.

No sé si exista eso de que familias desconocidas cuiden a adolescentes huérfanos, tampoco sé el por qué una familia querría hacerlo, y mucho menos voy a saber por qué las señoras de ese lugar le decían "joven Hanagaki" a Takemichi— Respondió finalmente a las dudas de su amigo amante de los mangas, aunque esas respuestas no hayan resuelto nada y tampoco hayan calmado la curiosidad del más joven.

Eso no responde nada, Kazutora...—Resoplo —También quería saber algo más, aunque quizás tampoco tengas una respuesta— Lo último lo había dicho en voz baja, no queriendo que el otro lo escuchase.
Pero eso no fue así, y fue escuchado.

Ah~, ¿qué otra duda tienes?— Pensó un poco lo que había dicho y, sabiendo que no había vuelta atrás, siguió —. Y si no tengo la respuesta, veré qué puedo hacer para conseguirla.

Matsuno sopeso un poco lo dicho por Hanemiya, y seguidamente sonrió satisfecho.
¿Takemichi realmente es huérfano...?

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Mírame solo a mí  | Mitake [Pausada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora