Mírame solo a mí | Mitake [Pausada]

24

¿Disculpas...?

Estaba sentado sobre las escaleras del edificio, solo y a oscuras. Se mantenía pensando, apoyando sus codos sobre sus rodillas y su rostro sobre una de sus manos, había pasado la tarde con los chicos y poniendo en marcha lo prometido: No hablar del accidente.
Aunque no se quejó y no dijo nada referente a ello, no le parecía bien evitar un tema así, no cuando su líder y su mejor amigo mantenían una aparecía horrible, expresando, físicamente, lo mal que la pasan.

No estaba de acuerdo, y aún así aceptó. Aunque algunas de sus dudas se disiparon ese día, a pesar del mal inicio, todo fue relativamente bien y eso volvió el ambiente más ligero.
Takemichi se vio más animado y Mikey más tranquilo, y ahí supuso que había algo bueno en esa mala decisión.

Aún así eso no evitaba los suspiros tristes que resbalaban de sus labios, aunque con ellos todo vaya bien, eso no quita a la única persona que parecía seguir tomándolo mal. Un completo mentiroso que no cumple lo que dice, y es que las disculpas prometidas jamás aparecieron, su compañero las merecía y el completo idiota de Baji jamás las dio.
Su estado de ánimo pasó de tristeza a ira en cuestión de segundos, exhalando con frustración. No entendía cómo le funcionaba el cerebro al estúpido chico que le robó el corazón.

—Vaya tonto— Murmuró, ahora apoyando su cabeza en ambas manos suyas y cerrando los ojos. Sus oídos agudizados ante el menor ruido posible, el eco de los paso bajando lo alertó. Normalmente a esas horas de la noche las escaleras no eran utilizadas, se puso de pie y levantó la mirada encontrando al hombre que hace cuestionar a su corazón de su decisión.

—¿A quién le dices tonto, Chifuyu?— Su voz ronca y suave resono en el lugar, parecía rebotar en las pareces y regresar a sus oídos. Chifuyu Matsuno miró con sorpresa al pelinegro, aunque rápidamente se recompuso.

—A nadie que le interese, Baji-san— Respondió a cambio, su tono de voz escuchandose distante. Si no fuera por la falta de luz en el lugar, estos mismos notarían las expresiones contrarias con más claridad.

Keisuke no entendía esa actitud, o bueno, fingía no hacerlo.
—Entiendo, ¿qué haces aquí solo?— Prefirió cambiar el tema de conversación, bajando algunos escalones y acercandose más a su amigo de ojos celestes.
Este último simplemente suspiró y volvió a sentarse.

—Estaba pensando, eso es todo— Dijo, contrario a lo que pensó, Baji tomó asiento a su lado y escuchó de él un suspiro. Las emociones en él eran inentendibles, no sabía qué intenciones tenía o por qué.

El pelinegro rodeó sus hombros con su brazo y lo atrajo hacia él, parecía titubear, lograba percibir la inseguridad en sus acciones aún sin ser capaz de ver sus expresiones. Simplemente trató de relajar su cuerpo rígido y pensar con claridad, pues sabía que aquello solo era un gesto amigable entre amigos, que definitivamente no tenía que suceder porque se supone que estaban enojados. Pero era Chifuyu, y Chifuyu es débil cuando se trataba de Keisuke.

Un susurro proveniente del contrario lo sacó de sus pensamientos, levantó la mirada, aún recargado sobre el chico de cabellos largos, siendo incapaz de ver algo. Quiso dejar en claro que no había escuchado, Inclinó su cabeza un poco y dejó salir un suave "¿Eh?" de entre sus labios. El contrario exhalo exasperado y apretó, inconscientemente, el agarre sobre los hombros del rubio.

—Que lo siento, ¿está bien?— Volvió a decir un poco brusco.

Matsuno mordió su labio inferior antes de volver a hablar. —No entiendo.

—Te estoy pidiendo perdón, ¿qué tiene eso difícil de entender?

—¿Por qué se disculpa conmigo?