Caminó por la orilla del lago mientras observaba el suave vaivén de las olas. Se sentó sobre unas rocas para admirar el horizonte. A lo lejos, divisaba a unos pocos turistas que practicaban esquí acuático cerca de las costas de un resort, ajenos a lo que ocurría a kilómetros de distancia.
La soledad que la rodeaba le aportaba serenidad, pero también, le atraía los recuerdos. Lo que había sucedido con Zack en la cabaña era un indicio de su precaria situación. Pasó mucho tiempo consagrada a un matrimonio ficticio, que desde el principio estuvo signado por el fracaso. Su obstinado empeño por salvar las diferencias entre Brian y ella lo que hacía era hundirlos más. En cierto modo, conocía el calibre del daño, sin embargo, tuvo que esperar a que se lo escupieran en la cara de la forma más humillante para reaccionar.
Ahora, que tenía cerca a un hombre que por razones desconocidas la seducía, caía cómo una incauta oveja entre sus garras. No lo podía negar, necesitaba de eso, ansiaba sentirse amada, pero no podía volver a comportarse de forma inexperta con extraños. Eso podría traerle graves problemas. Más de los que ya tenía.
Dejó de pensar en ello al ver que Zack se acercaba con lentitud. Él había cubierto su torso con una camisa y avanzaba soportando el dolor de su hinchado tobillo. De nuevo, a ella el rubor le invadió las mejillas. Se sentía como una adolescente, a la que le habían robado su primer beso.
—¿Puedo sentarme? —preguntó el hombre cuando estuvo junto a ella. Debby asintió con la cabeza, sin apartar la mirada del lago.
Ambos se quedaron en silencio, vislumbrando el paisaje, hasta que Zack se aclaró la garganta para hablar.
—Lo siento... creo que... me sobrepasé.
—Yo también.
De nuevo volvieron a quedarse callados. Estaban tensos, sin saber cómo expresar una disculpa.
—¿Qué hace aquí? —La duda del hombre molestó a Debby. No comprendía tanta desconfianza.
—Ya le dije. Vine a descansar.
—¿En una casa abandonada? ¿En medio de la nada? —Él emitió un bufido y sonrió con desgana, negando con la cabeza— Desde que llegó, lo menos que ha hecho es eso.
—No vine a descansar el cuerpo.
Debby le respondía sin verlo. Él, en cambio, giró el rostro, y por un buen rato evaluó el perfil de la mujer. Ansioso por descubrir en sus facciones, la verdad.
—Jimena... su amiga. ¿La envió?
Con el ceño fruncido, ella lo observó por unos segundos. Luego, regresó la mirada al mar.
—Me recomendó el lugar cuando le comenté que necesitaba un descanso. Creo que pensaba que la casa estaba deshabitada.
Escuchó que Zack mascullaba palabras inentendibles. Sus cejas se arquearon mientras la curiosidad crecía en ella.
—Quizás, sí... quizás, no —fue lo último que él murmulló, antes de quedarse mudo y con el rostro endurecido en dirección al lago.
Ella respiró hondo, cansada de tantas situaciones confusas. Desde que había llegado a Lutsen, no había dejado de sufrir inconvenientes. Más de los que pudiera soportar en su propia casa.
—No quiero incomodarlo... —comenzó a decirle para disculparse, pero él decidió cambiar de postura lastimándose de forma inconsciente—. No debería estar afuera, va a empeorar su herida.
Zack se levantó con dificultad y con una mueca de dolor en el rostro.
—Créame, he estado en peores condiciones.
Ella lo observó con curiosidad. Aquel hombre escondía muchos secretos. Le encantaría adentrarse en su mirada para conocer lo que ocultaba su corazón.
Él, al ver cómo ella parecía estudiarlo, se sintió inquieto.
—Mejor me voy... a... arreglar el cuadro que se cayó —expuso y comenzó a cojear hacia el sendero que dirigía a la cabaña.
Debby recordó el incidente y el resto de las situaciones extrañas que había vivido en la casa.
—Usted, ¿cree en fantasmas?
La pregunta congeló a Zack. Dio una mirada hacia la cabaña, luego, a ella.
—Creo que Jhon Kerrigan debería considerar remodelar la casa. —Dirigió de nuevo el rostro hacia la vivienda, que desde la distancia parecía misteriosa, cubierta por las sombras que producían los altos cedros que la rodeaban—. Hay mucho pasado acumulado en ella —murmuró para sí mismo, pero Debby pudo captar sus palabras.
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Lo que oculta tu corazón (COMPLETA)
RomanceDeborah Adams, al huír de su casa por una traición de su marido, se refugia en una cabaña, descubriendo que no estaba tan abandonada como le habían asegurado. Adentro, encuentra a un hombre atractivo pero de muy mal caracter, que no piensa dejar su...