• FICHEAD 'S A H-AON

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SAIGHEAD BOIREANNACH
XXI. El fuego de Samhain.
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Alerta: Este capítulo contiene escenas de violencia debido a hechos históricos realizados en los rituales de las antiguas driudas. Además de consumo de sustancias. Se solicita discreción.

Los niños del asentamiento corrían felices luego de que Nimué les tuviera preparados los cráneos de equino para poder disfrazarse. Blaire les entregó sábanas blancas y los jugueteos habían comenzado.

Mari Lwyd, era una especie de fantasma equino según el folklore gaélico e irlandés. Tenía la cabeza de un caballo o una vaca y se dedicaba a asustar a las familias a cambio de comida, de lo contrario estaban expuestos a que se llevara a los animales domésticos.

Las risas de los niños regocijaban el espíritu del asentamiento en la isla. Faltaba poco para la media noche y el altar principal estaba dispuesto a orillas de la playa principal; el fuego chisporroteaba e iluminaba el lugar, otorgando calor para aguantar el ritual que pronto celebrarían, colchas y almohadas estaban dispuestas alrededor para yacer junto a él de forma confortable, sin mencionar el aroma a los caldillos, conejos y liebres asados que se prepararon para la ocasión.

Las ofrendas eran magníficas, frutas y hortalizas por montón, además de un becerro atado que pronto sería parte del sacrificio.

Blaire entró en la casa grande, allí solían convivir la mayoría del tiempo todas las mujeres. Una a una les fue entregando una enagua vaporosa de seda, esta era algo transparente, hacía notar las siluetas y la piel de quienes las usarían.

Todas estaban emocionadas.

Samhain era una de las celebraciones más importantes del año para aquellas druidas.

Heidrun entró con coronas de flores en un cesto y algunos frascos con ornamentos preciosos. Era una ocasión importante y quería compartir su amor por sus compañeras con esos agasajos.

Marlenne se sintió como una niña pequeña, pues con sus hermanas también hacían esas coronas cuando las flores del campo aparecían. La colocó sobre su cabello, observó si reflejo en el espejo y sintió como los vellos de sus brazos se erizaban.

¿Qué depararía esa mágica noche?

—¿Quieres un poco?

Heidrun tenía en sus manos una brocha y algunos colores naturales realizados con pigmentos de las mismas plantas del bosque. Ella misma se había realizado un maquillaje muy llamativo y hermoso, muy característico de las tradiciones de su Tierra.

Marlenne asintió y cerró los ojos, sintiendo la textura de los pigmentos sobre su piel. Si alguien le hubiera dicho que estaría viviendo ese momento, no le hubiese creído jamás; lo que para ella seguramente sería una tontería ahora era parte latente de la que se estaba convirtiendo en su historia.

Saighead Boireannach |James Fraser, Outlander|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora