No lo soporté más. Sin saber por dónde buscarla, busqué.
Tomé un bote del embarcadero para el pueblo. Le pagué unas cuantas monedas a un hombre de mediana edad. Le pregunté si sabía dónde vivía Junio, y me dijo que no sabía quién era Junio. Le pregunté entonces por el hogar de Medi y Julio, y me dijo que preguntara en el pueblo.
Pregunté en la primera gasolinera si sabían donde vivía. Me dijeron que le preguntara a la vieja del pan, porque eran nuevos y no tenían mucho tiempo de vivir aquí. La mujer del pan, estaba ocupada con unos clientes cuando entré. En cuanto se fueron, ataqué. Estaba casi sorda, por lo que tuve que repetirle varias veces las cosas.
–¡Aaah! ¡Medi y Julio! Viven en la siguiente calle a la derecha, en la casa azul con amarillo. Búscalos, han de estar atendiendo su tienda de abarrotes.
Le agradecí infinitamente, y salí corriendo de ahí. Fui a donde me indicó, y ahí estaba. El señor Julio mirando hacia atrás, junto con Abril.
–¡Señor Julio!, ¡señor Julio! –corrí hacia ellos. Julio se volteó y me miró, extrañado. –Soy Oliver, ¿me recuerda? Me recogió en la carretera y me llevó a casa de Rosa, donde trabaja Junio.
En cuanto dije "Junio", su expresión se ensombreció.
–Quería saber si puedo ver a Junio.
Miré a Abril. Tenía un rostro infinitamente perdido. Abrió la boca, y dijo, mientras se le derramaban las lágrimas:
–Junio no está. Junio se fue hace cuatro días.
–¡¿Y dónde está?! –pregunté, al borde del llanto desesperado.
–No lo sabemos. –susurró Abril. –Nos dejó una nota en la que nos dijo ciertas... cosas. –tragó saliva. –Incluido lo que pasó entre ustedes.–tomó aire. La voz le temblaba.– Y nos dijo que no la buscáramos nunca más.
Julio tenía los labios fruncidos, y la mirada hacia la izquierda, en una posición evasiva del tema.
–¿Y no han hecho nada para buscarla?
–¿Cómo podríamos querer buscar a una bastarda? –dijo Julio fríamente.
–¡Es su hija! Quizá no de sangre, pero... la relación... el tiempo. ¡Piénselo!
Entonces, él y yo también comenzamos a llorar.
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Junio |EN EDICIÓN
Short StoryOliver no puede decidirse por una carrera universitaria aún. No tiene ni idea de qué es lo que hará con su vida después del verano, después de junio. Hartos de su indecisión, sus padres deciden mandarlo lejos, a la granja de la rezongona tía soltero...
