Jueves, 24 de junio

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Junio no vino hoy a trabajar. ¡Me hizo tanta falta su presencia...! ¿Habrá tenido que ver con el silencio de ayer? ¿O acaso fue coincidencia? ¿Qué le habrá dicho mi silencio? ¿Qué me dice ahora su silencio? ¡No lo sé! Es tan difícil de interpretar... Esta vez, los silencios de Junio no me dan respuesta; me agotan, me hacen sobrepensar, sentir mal.

¿Que si me gusta? No, no solo me gusta. Gustar es un término que hasta suena vulgar. Estoy desquiciadamente enamorado de ella. Estoy viviendo una maldita psicosis. Nunca nadie me había gustado con esta fuerza, fuerza de una tormenta, de un huracán... de un junio...

Por primera vez, siento que necesito a alguien, más que a mí mismo; que necesito sentir su voz entre mis oídos, su aroma entre mi respiración.

Dios mío, ¿qué me hizo? 

Junio |EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora