Jugar con fuego - Gabriela

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Tome un autobús a esa ciudad, y en el camino como búsqueda de una señal omnipotente busque ver si Sofía había contestado alguno de mis mensajes, pero no nada, entonces bloquee la pantalla del teléfono y me concentre en la música, me quede dormida aproximadamente una hora y estábamos próximos a llegar, le pedí al conductor que me indicara hacia donde quedaba el Carrefour y camine en esa dirección, con los nervios en aumento y con cada vez mas miedo. Llegue hasta la puerta del edificio donde vivía, me anuncie en la recepción, a los pocos minutos bajo ella, se veía igual que por Skype, eso en parte me dio tranquilidad. 

Me invito a ir cerca a tomar un café, para liberar un poco los nervios del primer momento, acepte  por que en verdad necesitaba procesar que estaba ahí en frente de ella, durante el café hablamos de cosas sin particular sentido, la conversación aunque grata, no me generaba ningún interés, busque ir al punto de lo que me importaba, si algo había aprendido de las sesiones con Sofía y de mi búsqueda por internet, era que debía establecer una palabra de seguridad y unos limites. Como limites le mencione que no quería nada sexual, y no quería estar recostada sobre sus piernas, como palabra de seguridad escojo el color naranja. 

Ella acepta mis únicos dos  limites y mi palabra de seguridad sin ningún problema, lo cual me tranquiliza aún mas, ella me explica que al vivir en un apartamento era necesario guardar algo de discreción, entonces en la recepción diríamos que soy una familiar y una vez dentro del apartamento ella pondría algo en mi boca, pues no queríamos que los vecinos llamaran a quejarse o peor aún pensaran que era una situación de violencia intrafamiliar y llamaran a la policía. Aunque me parecía inverosímil que fuera a ocurrir algo así , tampoco quería que algo tan sencillo pudiera hacer que un evento que debía ser prácticamente clandestino se convirtiera en un problema mayor ,así que sin mucho pensarlo acepte. 

Subimos a su apartamento, al entrar ella me indico, donde podía poner mis cosas y donde estaba el baño para que me pusiera cómoda, también me dio la instrucción de entrar a la habitación del frente, ponerme sobre la cama y poner una almohada debajo, seguí todas las instrucciones y cuando estaba en la habitación lo primero que pude notar era que todo estaba impecable y como dato que calmaba mis nervios no tenia una apariencia de mazmorra o algo extraño, así que seguí con mi papel y me puse sobre la cama como me lo había pedido.  

La hija de mi jefe - spankingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora