Marcos - Sofía

274 11 1
                                    

Busco en mi teléfono el número de Marcos, pero no lo encuentro rápidamente. Han pasado más de dos años desde la última vez que estuvimos en contacto. Observo a Gabriela, quien se recuesta en la cama, visiblemente cansada. Aprovecho ese momento para retirarme de la habitación. Una vez fuera, respiro hondo dos veces antes de marcar el número.

"Sofia", su voz suena desconcertada al otro lado de la línea.

"Marcos, soy yo", le respondo.

"¡Qué milagro! ¿Qué pasa? ¿Todo bien? Nunca llamas", dice con sorpresa.

"Sí, estoy bien, pero necesito tu ayuda. Es importante, es sobre una amiga, pero es una historia larga", le explico.

"¿Una amiga? Bueno, da igual, esta semana estoy ocupado durante el día, pero tengo tiempo por la noche. Nos vemos en tu apartamento", propone.

"No, por favor", respondo angustiada, "en un café, el de siempre, que abre hasta tarde".

Él se ríe ante mi angustia y responde: "Jaja, de acuerdo. Esta noche a las 8 en el café de siempre, ¿entendido?".

"Sí, a las 8", contesto.

Con un suspiro de alivio, cuelgo el teléfono. Quedan un par de horas antes de tener que arreglarme y encontrarme con Marcos. Aprovecho ese tiempo para resolver algunas cosas relacionadas con el trabajo, dejar descansar a Gabriela y pensar en qué hacer con ella mientras tanto. También me preparo mentalmente para el encuentro con Marcos...




La hija de mi jefe - spankingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora