Capítulo XXX -. Epílogo

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—Oh, hola, Itachi. —le sonrió su madre cuando vio que llegó.

—Hola, mamá —le devolvió la expresión y se acercó a ella, que se encontraba cosiendo algunas telas afelpadas —. ¿Qué haces?

—Coso una nueva pijama para Sasuke. Aún es pequeño y quiero aprovechar eso.

—Oh, qué bien. —sonrió.

—¿Cómo te la pasaste allá con Deidara?

Las mejillas del pelinegro rápidamente se sonrojaron al recordar con detalle el cúmulo de sensaciones que había tenido con su rubio, cada toque, cada beso... —E-eh... bien.

—¿Hm? —se volteó a mirarlo al notar su respuesta algo "fuera de lo común" —. ¿Qué pasó? ¿Qué tienes?

—Nada, todo fue como siempre y ya.

—¿Seguro? —preguntó curiosa.

—Sí, todo bien. —dijo finalmente con seguridad.

—Está bien, está bien. —le sonrió.

Itachi le devolvió la expresión y subió a su recámara. Soltó un enorme suspiro al cerrar la puerta, por poco y alguien más se enteraba.

Estaba seguro que quería que todo se quedara entre Deidara y él, puesto que era demasiado privado. Optó por llamarlo una vez más.

—Hey, ¿qué tal has estado?

—Me fui hace menos de 30 minutos, ¿ya me estas extrañando? —rió.

—Sí, pero no has respondido mi pregunta. ¿Qué tal fue todo con Kurotsuchi?

—No dijo nada. ¡Casi me delato yo mismo por pensar que sí! Ah, y te invitaron a cenar cuando quieras, sólo avisa antes de hacerlo.

—¿Hm? ¿Tu padre?

—Sí, el mismo. Dijo que quería enmendar las cosas contigo y eso, ya que la última vez que se vieron te trató mal.

—Oh, no pasa nada. ¿Sabes? A mí también casi me atrapan, me puse bastante nervioso.

—Ja, será nuestro secretito entonces.

—Sí, así será.

—Sí. —derrepente, algo se escuchó afuera. Estaban tocando a la puerta de su cuarto.

—¡Deidara, te buscan! —le gritó Kurotsuchi.

—¡Ya voy! —le respondió —. Lo siento, tengo que colgar. Hasta mañana.

—Hasta mañana. —colgó.

Deidara sentía curiosidad, ¿quién podía estar llamando a aquellas horas de la noche? Bajó de su cuarto y e dirigió a la puerta principal de la casa. Miró por la mirilla y se congeló en su lugar al ver de quién se trataba. Sasori estaba afuera, lucía nervioso y estaba cabizbajo.

Abrió con cuidado la puerta y se acercó a él. —Sasori —le dijo con voz suave —, ¿qué haces aquí?

—Quiero disculparme. —levantó con seguridad su cabeza, mirando directamente a los ojos al rubio.

—Sigue.

—Yo... no sé si debería, pero cometí un error y estoy dispuesto a enmendarlo.

—¿Qué es lo que quieres enmendar exactamente?

—Fui idiota... Dejé que Shisui me llenara la mente de culpas, de cosas las cuales decía que debía arrepentirme y no vi nada de lo que pasaba realmente. Acabé imprudentemente nuestra amistad sin pensarlo mucho, pero... me di cuenta de que no fue mi culpa lo que pasó con él.

Deidara sonrió y lo abrazó con fuerza. —Exacto, y me alegro mucho de que por fin lo sepas. Él tuvo la dicha de separarnos, pero no será por siempre. ¿Ésto que me dices significa que quieres volver?

Sasori simplemente asintió con la cabeza, que estaba posada sobre su hombro.

—Bien, tienes todo mi perdón. Gracias por venir. —se separó para dedicarle una sonrisa.

—Gracias a ti por perdonarme. No he hablado con Itachi, empecé por ti porque te extraño y... quien más sufrió por ello fue él, ¿no? Supuse que sería más complicado.

—Yo sé que Itachi te va a perdonar, él también sabe que no es cierto lo que pasó, que eres inocente. Lo único que debes hacer es explicarle todo y está bien.

—Gracias. —asintió con la cabeza y se fue, yendo a la casa de su otro amigo. No sabía si iba a tener su perdón tan fácil como con Deidara, pero el intento no iba a faltar.

Llegó y tocó la puerta. Aunque pasó cierto tiempo, su sorpresa asomó cuando fue directamente Itachi quien le abrió la puerta.

Lo miró confundido, no sabía qué hacía ahí, no sabía que quería su perdón. —¿Sasori?

—Hola. —trató de decir con tranquilidad.

—¿Qué haces aquí? Creí que tú...

—Lo sé, por eso mismo estoy aquí. Quiero decirte que lo siento. No era mi intención terminar nuestra amistad así derrepente, simplemente... Shisui me hizo pensar que fue mi culpa, cuando la verdad fue él quien me besó y no yo.

—... —se quedó perplejo mirando con detalle cada parte de él, ¿era cierto lo que decía?

—Si no quieres perdonarme lo entenderé.

—No, está bien. Sólo quería oírte decir eso —le sonrió, tratando de evitar que sus lágrimas salieran —. Me relaja mucho que esa sea la verdad, te creo porque sé que es así. Muchas gracias, Sasori.

—¿Volvemos a ser amigos?

—Sí, por supuesto. Estás perdonado.

—Gracias —le devolvió la expresión —. Es tarde y debo volver a casa.

—Está bien, gracias por venir.

—Fue todo un placer. —asintió con la cabeza y cumplió con lo que decía.

Fue una caminata larga, no podía dejar de pensar en todo lo que en su mente daba vueltas en ese momento. Tal y como Itachi lo dijo, fue un respiro también para él el haber hecho eso.

Al día siguiente, los tres se reunieron con alegría en un parque cercano. Querían volver a ser lo que se perdió.

—Por fin llegas, ya estabas demorándote. —bromeó Sasori al ver que Deidara llegó al final.

—Tuve un pequeño percance, pero ya estoy aquí. ¿Qué hacían mientras llegaba?

—Sólo hablamos un poco, es bueno estar juntos de nuevo. —sonrió ligeramente.

—¿Qué quieren hacer? ¿Vamos por un helado? Hay un lugar aquí cerca que le pone muchas cosas y sería bueno para hundir todas las penas en azúcar. —abrazó por el hombro a Itachi, quien soltó una pequeña risa.

—Sí, sería genial. —dijo el azabache.

Fue una tarde bastante larga, la nostalgia rebozaba en el lugar, puesto que el sentimiento de volver a tener a Sasori era incomparable. Era un amigo bastante valioso, de los pocos que tenían.

Sin embargo, la calidad era mejor que la cantidad, y de eso fueron presentes.

FIN.

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Notas de autor: Fuaaa por fin terminé esta historia (después de casi un año).

Tenía planeado sumarle más cosas pero así lo pidió la trama xD. Muchas gracias a todos por leer hasta el final, ha ido un viaje largo lleno de hasta meses sin actividad, pero al fin la historia concluyó.

Gracias  por la espera, y de nuevo, gracias por leer. Nos vemos en las siguientes historias ✌.

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