Capítulo XXV -. Amistad

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Sasori era atormentado por sus propios pensamientos desde aquel día. Shisui enviaba notas de papel en las que decía cosas que ayudaban a que cada pensamiento empeorara.

"Tú y yo sabemos qué pasará si se enteran"

"¿De verdad quieres decirle eso a... ellos?"

"No te comprenderán. Nunca como yo"

Ya había pasado una semana y su comportamiento definitivamente era sospechoso. Sabía que sus amigos lo habían notado. Sabía que no hacían nada por querer pensar que todo estaba bien. Pero estaba harto de fingir.

«No voy a mentirles. Sé que ellos lo entenderán. También pensarán que es lo mejor...» —se dirigía cuidadosamente hacia el lugar donde los había citado a ambos: el parque. El remordimiento de haber besado a Shisui –aunque haya sido obligado– lo carcomía por dentro. No tenía ni idea de cómo diría aquello, así que decidió hacerlo de la forma en la que siempre ha dicho las cosas.

—Ah, por fin llegas, Sasori —saludaba alegremente Deidara —. Ya te estabas tardando. —las risas del rubio resonaban en eco dentro de la mente del pelirrojo. Temía porque en unos minutos iban a desaparecer.

—¿Qué es tan importante? ¿Está todo bien? —mencionó preocupado Itachi al ver el rostro angustiado de Sasori.

—Quería hablar con ustedes porque necesitan saberlo. No sé cómo vayan a tomárselo, pero... —desvió su mirada hacia el suelo sin querer soltar sus palabras, dándole tantas vueltas para no destruir a las personas que tanto quería —he sido un amigo terrible. Hice algo de lo que me arrepiento profundamente.

—¿Qué podría ser tan malo? Sasori, no importa lo que digas, nosotros siempre te querremos. ¿Verdad, Dei?

—Así es. —posó su mano sobre el hombro de Sasori.

—Creo que debemos terminar nuestra amistad.

—¿¡QUÉ!? —preguntaron al unisono.

—Dicen que nada podría ser tan malo, pero es porque no se han enterado —apartó su mano sin más para después soltarlo —. Besé a Shisui.

—... —de todas las cosas que pasaron por su mente que podría decir, esa fue la más inesperada y dolorosa que pudo oír. Los ojos azabaches que antes denotaban preocupación ahora sólo sentían tristeza, sólo se mojaron al saber lo que su amigo le dijo de frente.

Rápidamente, Deidara miró a Itachi casi prediciendo su reacción. Vió su cuerpo tembloroso y su rostro sorprendido. —Ésto tiene una explicación... ¿no?

—Algo así. Pero lo que sea que diga no podrá asegurar que me perdonen, porque de igual forma pasó.

—No eres capaz... —se acercó a paso lento al pelirrojo, pero éste retrocedía con un notable pánico, producto de su intento por ocultar lo que pasaba con él.

—Lo siento... —murmuró apenado.

—¿Besaste a Shisui a propósito? ¿Por qué? ¿Por qué dices que no debes ser nuestro amigo? ¿Fue toda tu intención acaso? ¿Te sientes culpable por disfrutarlo y por eso quieres dejarlo así?

—Deidara, por favor-

—¿Qué sucede en realidad?

—No importa.

—Eso no responde mi pregunta.

—Si no importa es porque no.

—No es necesario que hagas todo ésto, sólo quiero saber los detalles y si Itachi podría dejarlo pasar porque bueno...

—Ya se fue.

—¿Eh? —miró a su alrededor buscándolo, pero éste ya había abandonado el lugar.

—Obviamente no lo soportó. Está más que clara la desición correcta.

—¿Y por qué tiene que acabar así derrepente...?

Sasori sólo abrazó entre lárgimas y con la poca fuerza que le quedaba al haber mentido a Deidara. —Los voy a extrañar, pero es lo mejor.

—Explícame más a detalle. Yo sé que las cosas no fueron así...

—No vas a conseguir nada justificándome.

—¿Nisiquiera salvar nuestra amistad? —se separó un poco para verlo. Contuvo el aliento unos segundos para después soltar un suspiro adolorido, uno que suplicaba porque fuera una mala broma.

—¿Cómo puede ser que aceptes tal traición? Nada lo hará. Mejor ve por Itachi ¿sí? Seguro está derrumbado por todo ésto. Vayan y encuentren consuelo, porque no soy el indicado. Salvarlos del traicionero que soy es lo mejor que puedo hacer. No necesitas saber el resto, porque eso te haría pedazos. Escapa y vive feliz en la ignorancia, dile al mundo que tuviste un amigo que te dejó de la nada y es todo... Sé que sobrevivirás, sé que lograrás afrontar cada obstáculo que éste doloroso duelo te provocará, porque confío en ti. Sé que eres fuerte y te sobra apoyo, lo vas a lograr.

—... Tú no eres así... —aún trataba de mantenerse firme ante las palabras que lo perforaban cual mil aujas.

—... —sin pronunciar una palabra, apartó débilmente al rubio. Se alejó del lugar pocos segundos después de aquel corto pero doloroso momento.

—Sasori... —murmuró.

Las emociones más distintas en él se enfrentaron en su mente, toda una revuelta que no sabía qué pensar o sentir, qué hacer o decir. ¿Y entonces, qué le esperaba?

Deidara Kamiruzu estaba por ir y correr tras su amigo con la esperanza de que todo se solucione con un simple perdón. Pero eso no iba a ser así. No quería obligar a Sasori a tener una amistad forzada con él y/o con Itachi sólo por fingir que todo estaba bien, él mismo tomó la desición. Eso no sería verdadera amistad.

—«Una explicación tienes y la voy a encontrar...» —pensó negándose rotundamente a una traición a pesar de las propias palabras de Sasori.

Poco le costó formular la teoría de que había sido completamente la víctima de manipulación de Shisui, ya que éste mismo había explicado anteriormente que estaba lográndolo. Su odio a aquel azabache de pensamientos dudosos había crecido en gran manera.

Aún en su etapa de negación, quería buscar con todas sus ganas lo que sea que pruebe que lo que Sasori era mentira. Simplemente no iba en su naturaleza honesta... ¿O tal vez sí y la verdad era simplemente lo que dijo?

«No... Miente, no sé por qué pero lo hace» —clavó la mirada en el suelo con los ojos ligeramente empapados.

Caminó por todo el parque buscando a Itachi, aunque lo más probable haya sido que no se encontraba ahí. Rendido, volvió a casa con nulas esperanzas.

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