Capítulo 8: Interrogatorios (En corrección)

127 65 28
                                    


༶•┈┈⛧┈♛ 𝑨𝒙𝒊𝒆𝒍 ♛┈⛧┈┈•༶

—¿Para que quieres saberlo? —le pregunto ante el giro de la conversación.

Definitivamente esta chica era bipolar. Primero quiere sacarme de lo que dice ser “su mesa”, luego cuando pienso que hemos llegado a un acuerdo sin llegar a un acuerdo, quiere volver a sacarme de aquí, cuando digo que lo haré, dice que le da igual si lo hago o no y luego cambia de tema como si todo lo anterior no hubiese pasado. ¿Quién la entiende?

—¿Y bien? —pregunta ante mi evidente declaración de silencio.

Suspiro.

—A lo que me refería es a que es mucha casualidad que el mismo día lleguen dos personas cuyos nombres sea un anagrama.

—¿Áirak es el nombre del nuevo? —pregunta con el ceño fruncido.

—Pues sí —respondo con obviedad.

La observo cerrar los ojos, abrirlos y poner la mejor cara de odio absoluto.

—Podrías haber comenzado por ahí.

—¿Para qué?

—Me hubieras ahorrado mucha confusión —se le notaba la molestia en la voz.

Que conste que no lo hice a propósito. Después de pensar un poco me di cuenta del porqué de su molestia, yo estaba queriendo hacerle entender algo, sin darle toda la información.

—De todas formas es sólo una conjetura.

—No puedes armar toda una teoría conspiratoria sólo porque dos nombres se parecen.

—No he armado ninguna teoría, sólo, me extrañó, es todo —confieso empezando a ver las cosas de una manera más razonable —. La verdad pensándolo mejor, tal vez no sea nada y de serlo no tendría como probarlo.

—¡Ah!, El detective está dudando —escucho como se burla de mí y decido dejarlo estar.

Vuelvo a concentrar mi atención en la pizarra solo para darme cuenta de que el profesor está dejando una serie de ejercicios, los cuales se supondría que yo debería de estar copiando y ni siquiera los había notado. Comienzo a copiar cada orden con rapidez ya que Sr. Benjamín David es de los profesores que escriben y borran sin darte casi ni tiempo a copiar y mucho cuidado con atreverte a pedirle que dicte, porque dicta sí, tu sentencia de muerte.

Una vez termina de copiar todas las preguntas se da la vuelta quedado de frente a nosotros.

—Abrid el libro en la página ciento veintiséis, comiencen a buscar a partir del tercer párrafo hasta la página ciento treinta y cuatro. Cualquier duda pueden acercarse y preguntar —sí, no se lo crean eso dice siempre, pero... atreverte a pararte ahí y hacerlo.

Cuando el prefesor termina de dar toda la información vuelve sobre sus pasos y se sienta tras su buró enfrascándose en unos papeles que reposaban sobre éste.

Hojeo mi libro hasta encontrar la página orientada y miro en dirección a la libreta para leer la primera pregunta.

—Tal vez yo tenga una forma de comprobarlo —escucho extrañado ya que la fuente de dicho sonido es Aysha.

—¿A qué te refieres? —pregunto volteando a verla.

—He estado pensando en lo que dijiste, si es raro y... Tal vez tenga una idea.

Vale, eso fue todo lo que se necesitó para despertar mi curiosidad.

—¿Qué es? —pregunto pasando nuevamente de la libreta y con ella de los ejercicios.

En nuestra menteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora