༶•┈┈⛧┈♛ 𝑨𝒚𝒔𝒉𝒂 ♛┈⛧┈┈•༶Doce, once, diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno, creo.
-¡Cero!, Cero, cero, cero, cero, cero, cero, cero -comienzo a decir alzando la voz un poco y puede que dándole un pequeño susto a Axiel que se encontraba a mi lado escribiendo un concepto que el profesor biología les había mandado a extraer del libro.
Yo tenía la cabeza recostada sobre la mesa mientras observaba el reloj que había decidido ponerme el día de hoy para contar cada minuto hasta el timbre de salida.
Axiel me observa con cara rara, lo más seguro es que se estuviese preguntando «¿Y a ésta ahora que le dio?» pero a mi no me importa, o al menos no en éste momento, mi única preocupación es:
-¿Cuando rayos va a sonar? -digo refiriéndome a timbre y como si fuera señal de los Dioses, suena.
¡Riiing!
¡Al fin toca! Dios mío, que semanita.
Yo ya tenía todas mis cosa recogidas, no le di tiempo a terminarse el timbre y ya estaba parada camino a la salida.
-Srta. O'hara, mi clase aún no ha terminado, falta que copien la tarea -dice el profesor en cuanto me ve caminando.
-Ese no es mi problema, el turno ya se terminó, haberla dictado antes -termino de hablar y salgo por la puerta que deja un sonido seco tras cerrarse.
Ya sé, ya sé, ¿Sí yo siempre salgo de última, qué hago saliendo de primera?
Pues hay una simple y sencilla respuesta, con la que se que muchas personas estarán de acuerdo.
¡Es viernes! No hay infierno por dos días seguidos.Después de una semana escolar, necesito urgente vacaciones en Hawaii, pues desde un principio diferentes sucesos no han dejado de pasar. Con la llegada de Kiara, a la hora de almuerzo más nunca he podido descansar, ya que desde su primer día se sentó en mí mesa e hizo un complot con Spencer para que yo no tenga paz. No sé quién habla más, ya parece competencia, Spencer con sus benditos cómics y ella porque le gusta todo tiene una enferma obsesión con los actores de series, es de lo único que habla. Si hoy le diera en las noticias por anunciar que el mundo se va a acabar, yo lo recibiría con los brazos abiertos.
Algo raro, es que en estos últimos dos días no he tenido problemas con el profesor de Historia o con algún otro, sí, a mí también me sorprendió. El jueves cuando cuidé de Megan, no me dió trabajo, la pobre estaba tan emocionada con lo del sábado que no quiso arriesgarse a que se suspendiera. Por otro lado, con mi madre no he tenido ningún problema, de momento.
Con la mochila colgando del hombro izquierdo camino hacia mí taquilla evitando chocar con las personas que están saliendo en ese momento de sus respectivas aulas.
Al llegar introduzco la clave, abro y me recibe mi hermoso reguero. Suspiro. Encontrar las llaves va a ser un dolor de cabeza.
¡Diez minutos de búsqueda en vano! Llevo diez minutos escarbando como gallina entre el montón de basurero que era mi taquilla y no había encontrado las llaves. Ya casi no quedaba nadie en los pasillos, todos se habían ido retirando poco a poco, cosa que debería de haber hecho yo hace siglos, y ya sólo quedaban unos pocos engendros conversando.
-¿Necesitas ayuda? -mierda, este tío está en todas partes.
-¡No! -exclamo volteándome a la velocidad de la luz- Esta todo bajo control -apenas termino de hablar, siento como varias cosas caen de mi taquilla al suelo, causando gran estruendo y provocándome un pequeño sobresalto.
ESTÁS LEYENDO
En nuestra mente
Novela JuvenilApática, asocial y malhumorada son pocas de las cualidades que representa. Marcada por un trágico y difícil pasado ha distanciado a todo aquel que conocía. Pero todo esto cambiará cuando por cuestiones de la vida termine haciendo de niñera para la h...