La mañana muestra sus luces en mi habitación y me despierto lentamente estirándome en la cama. Sonrío porque hoy vamos a pasar un día genial. Veremos el flat, conoceremos otros lugares. Hoy el paseo es con Marcos. La primera vez fue muy divertido salir con él, así que esta y las que vienen no serán menos. De Marcos espero también que forme parte de la familia de amigos lo más pronto posible. Me levanto de la cama con urgencia y tomo el celular.
📞 Yo: Jen vamos a desayunar juntas en la terraza del hotel. Dale, hoy todo debemos empezarlo temprano —hablo muy rápido de la emoción.
📞 Jen: ¡Buen día! Es lo primero que se dice. Eva no tienes sueño por el cambio de horario. Por Dios descansa ahora, que luego no vamos a poder.
📞 Yo: Te digo la verdad estoy contenta. Loca estoy por ver ese flat de seguro será maravilloso. Además, quiero salir del radar del jeti, estar en un lugar de paz —y la verdad siendo sincera lo necesito— también tenemos que organizar en caso de una mudanza inminente.
📞 Jen: De acuerdo. Entonces dentro de veinticinco minutos nos vemos en el pasillo. Besos.
📞 Eva: Está bien. Te veo horita.
Finalizo la llamada y me dispongo a buscar mi ropa en las maletas. Pantalón denim ancho, camiseta blanca corta y tenis. Voy al baño tomo una ducha rápida y acomodo mi afro un poco. Después me maquillo, coloco en mi cabeza las gafas de sol actuando como cintillo y agarro la mochila para salir de la habitación. Miro la hora y aún quedan cinco minutos del tiempo acordado para ir a desayunar.
Decido ir en busca de Jen. Jesus Christ! Me convierto en gárgola. Cuando abro la puerta me encuentro con Marcelo y su mano levantada con el puño cerrado. En serio luce de infarto, cómo puede lucir así es antinatural. Esos jeans y camisa me van a matar. Eva por favor concentradita. Miro su mano y después a él. Se quedó sin palabras al parecer se debatía entre tocar o no la puerta. Por eso tomo la iniciativa de comenzar en la articulación de la palabra. Mientras no note mis nervios todo será una maravilla. Aemás el silencio es raramente cómodo.
—¡Buen día señor Martelli! ¿Tiene algo que decirme? Lo digo por su mano estendida al aire.
—¿Señorita Smith podemos hablar en su habitación? — la pregunta tiene un toque de desesperación pero lo oculta muy bien.
—Señor en estos momentos voy a desayunar con mi amiga pero si es muy urgente no se quede fuera y pase por favor.
—Gracias —entra con toda la confianza del mundo. Pareciera que nos conocemos de siempre pero no es así.
—Me puede esperar en la terraza necesito hacer una llamada, por favor —asiente con la cabeza y camina hasta la terraza para tomar asiento en una de las butacas. Aprovecho entonces para llamar a Jen.
📞 Yo: Jen me vas a disculpar pero necesito que me esperes en tu habitación. Después te cuento en estos momentos no puedo, ¿si?
📞 Jen: No te preocupes. Todavía me demoro. Sabes cómo soy.
📞 Yo: Entonces nos vemos dentro de minutos —terminando la llamada me dirijo a la terraza y me siento en un asiento frente a él.
—Disculpe la demora necesitaba decirle a Jen que voy a tardar más de lo que acordamos. Entonces usted dirá señor —mi amiga serenidad vino a mí.
—Imagino que su amiga sabe que yo soy el responsable por el daño de su antiguo celular —suspiró—. De cualquier manera a lo que vengo señorita Eva Smith. Usted me va a disculpar mi indiscreción, pero aceptó una cita de un desconocido total y a mí que me conoce poco pero un tanto más que a Stefano me ha dicho que no. Hasta este momento no entiendo por qué. Le digo eso porque necesito que me explique ahora su negación hacia mi persona —sus palabras fueron dichas con incredulidad y rudeza pero eso no lo voy a permitir.

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El poder de mi Universo.
RomanceDerechos reservados de autor. Eva Smith y Jen Collins su mejor amiga inician un viaje a la captura de sus sueños. Encontrarán el trabajo ansiado, lograrán su crecimiento profesional y un poco de diversión al llegar al destino. Sólo que Eva lidiará...