Capítulo 13. El infierno personal de Eva.

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Me deja sola en la cocina y ya el aburrimiento me está matando. Decido conectarme un rato a Internet. Comienzo a revisar los correos que tengo y mientras los leo recibo una llamada. Por Dios es que se puede poner peor. ¿Qué hace llamando Fred en el momento más inoportuno? Tomo la llamada que remedio.

📞 Fred: ¡Hola Eva! ¿Cómo estás? -se oye muy feliz.

📞 Eva: Hola. Estoy bien. ¿Y tú y los chicos de marketing? -trato de no sonar amistosa pero ni ganas de hablar tengo.

📞 Fred: Todos estamos bien pero estrañándolas mucho. Disculpa que te pregunte pero todavía estás sola Eva -pregunta curiosa. Ahora sí, se agotó mi paciencia.

📞 Eva: Fred por supuesto que estoy sola. Yo vine a trabajar. Pero si de casualidad encuentro el amor en Italia no me voy a detener porque tengo derecho de amar y que me amen. ¿Por cierto cómo tienes mi número? -contesto molesta.

📞 Fred: Fui a preguntarle a tú mamá por ti y me dió tu número. Eva a veces eres tan sincera conmigo que duele. ¿Lo sabes no? -se nota que lo lastimé.

📞 Eva: Fred por favor ya hablamos de esto. Cuídate mucho tengo que colgar. Gracias por llamar y preocuparte por mí -mamá como siempre.

Cuelgo la llamada, no tengo ánimos de hablar con nadie. Suspirando puse el celular en la isla y apoyada en los brazos reposo la cabeza en ella. Estaba cansada de todo. Hasta que siento el sonido del teclado de mi teléfono. El imbécil lo tomó sin permiso y no lo tenía bloqueado. Me quedo un poco embelesada mirándolo. Su pelo mojado me trae loca. Estaba en camiseta y jeans. Pero qué sexy por Dios. Eva qué no ves que tiene tu teléfono reacciona.

-¿Pero cómo te atreves? Dame mi teléfono Marcelo. Es mi privacidad -la ira no va a dejar de visitarme en todo lo que me queda de semana.

-Espera que tengo que hacer una llamada en unos segundos te lo entrego.

-En el contrato no aparece que puedes tomar mis pertenencias -sin pensarlo me lanzo sobre él para agarrar mi teléfono. Sin oportunidades todos los intentos fueron fallidos. No sé cómo me doy vuelta y me pongo de espaldas y Marcelo aprovecha para apretarme fuerte contra él.

-Me hicistes sudar y no quiero que sea de esa forma. Quédate tranquila voy a hablar -no siento el tono del teclado marcando el número al que iba a llamar. Él no hará lo que estoy pensando, ¿verdad?

-¿Marcelo qué haces? -le grito y forcejeo.

📞 Marcelo: ¿Eres Fred no? No llames más a Eva. Ella no va a hablar más contigo porque está saliendo conmigo. De hecho soy yo el que no quiero ni que sean amigos así que no lo menciones más. Hasta nunca -habló bien molesto. Cuelga y deja el teléfono sobre la isla y me voltea hacia él. Estaba furioso pero yo más.

-Nunca en tu egocéntrica vida vuelvas a tomar mi teléfono y hablar como si conocieras a mis contactos. Nunca en tu jodida existencia lo intentes de nuevo y por supuesto no escuches mis conversaciones es de mal gusto el espionaje -la sangre me hervía.

-A leguas se ve que el imbécil estuvo contigo -diciendo esas palabras me aprieta más fuerte-. Sólo llamando confirmaba mis sospechas. Eva no quiero que hables con él, ni que sean cercanos. Además fue una casualidad para suerte mía que te oyera hablar con el imbécil -se tomó dos barriles de cerveza solo si piensa que voy hacer lo que me pide.

-Te lo voy explicar despacio para que entiendas -afloja un poco su agarre-. Yo no me tomo la libertad de meterme en tu vida porque no me interesa lo que hagas con ella así que no te tomes la atribución de tomar decisiones que no te competen con la mía. No voy a dejar a mis amistades porque tú o alguien más lo diga -trato de ser lo más amable que pude con Cerbero.

El poder de mi Universo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora