Capítulo 21. La vida y sus screenshots.

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Abordamos el tren y nos condujeron a una cabina donde al parecer viajaremos nosotros nada más. La persona da algunas indicaciones que por supuesto yo no entiendo nada de nada, así que tomo asiento y espero a que ella termine de hablar. Cuando cierra la puerta del cubículo saco mis audífonos y pongo la música a un volumen donde no pueda escuchar a Marcelo. Él se sienta sonriendo a mi acción y yo ni caso le hago. Me dedico a observar el paisaje.

Durante casi dos horas imagino que estamos viajando. Mi curiosidad por verlo es más fuerte y giro mi cabeza lentamente. ¡Guau! Está dormido y... está demasiado sexy por Dios. Su pelo negro le roza sus ojos tiene los dos primeros botones de su camisa desabotonados. Verlo en ese estado me hace tener ganas de estar junto a él, pero sé que no debo. De repente la siguiente música que reproduce mi smartphone es Best part. Me dejo llevar y comienzo a cantar la canción.

You don't know babe

When you hold me

And kiss me slowly

It's the sweetest thing

And it don't change

If I had it my way

You would know that you are

You're the coffee that I need in the morning

You're my sunshine in the rain when it's pouring

Won't you give yourself to me?

Give it all, oh

I just wanna see

I just wanna see how beautiful you are

You know that I see it

I know you're star

Where you go I follow

No matter how far

If life is a movie

Oh, you're the best part, ooooooh

You're the best part, oooooh

Best part.

Veo que se mueve y me llevo la mano a la boca. Pongo mi atención rápido para la ventanilla. Unos minutos después el tren llegó al destino. No quiero despertarlo pero ya hemos llegado a donde sea el me ha traído. Le muevo levemente la pierna y él no reacciona. Es una piedra para el sueño o qué. Ruedo los ojos y me levanto. Lo remuevo por los hombros y abre sus ojos en misión victoria. Yo me quedo inmóvil, mirándolo embobecida. Y él aprovecha y se acerca a mí peligrosamente.

—¿Alguna vez te han dicho lo hermosa que eres? —no voy a caer en ese juego.

Lo suelto para alejarme y él me sienta sobre sus muslos. Me sujeta firme pero a la vez sin presión por la zona de la nuca. Yo no forcejeo y se inclina tan cerca que yo pierdo todo control sobre mi cuerpo y mente. A esa distancia se deleita con dulzura y una alegría antinatural se desborda por la sonrisa que tiene tatuada en su rostro. Me besa y sí, es lento, intenso pero a la vez fugaz. Se separa de mí, me sujeta la mano y toma mi mochila para salir rumbo al famoso paraíso. Antes de abrir la puerta se detiene y se da la vuelta hacia mí.

El poder de mi Universo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora