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Un ronroneo emanaba desde su garganta. Hundió su rostro entre las almohadas al sentir ese aroma qué tanto le gustaba; era embriagante. De manera inconsciente comenzó a frotarse en las sábanas; quería impregnar esa esencia en su piel... 

Se detuvo al darse cuenta de lo que estaba haciendo. Su instinto había aflorando. No quería abrir sus ojos; no quería confirmar lo que ya sabía… 

Recordaba bien aquella habitación. Nunca imaginó volver a despertar en ella. Suspiró. 

¿Acaso el universo se estaba burlando de él? 

Miró su ropa descansando en un pequeño mueble al otro lado de la habitación. Recorrió el espacio sintiéndose seguro de su desnudez… 

Tomó las prendas entre sus dedos y fue vistiendo poco a poco su piel. 

Todo se sentía como un déjà vu… Comenzaba a sentirse como un completo idiota, seguramente la primera vez había sido exactamente igual. 

Bajó las gradas encontrándose con aquel hermoso rostro. Su mirada se fijó en él. 

—Min. —Su semblante era duro. Ahora creía merecer toda esa severidad—. ¿Volverás a irte sin permitir una explicación? Si piensas hacerlo, estoy preparado. —Tomó entre sus pequeñas manos una manzana. 

—¿Es lo que sucedió esa vez? —cuestionó. Jimin asintió. Sí qué había sido un tonto— Yo… 

—Sé lo que pensaste Min. Tú te comportaste como un completo… —detuvo sus palabras sintiendo su cara arder en furia por el recuerdo. 

—Está bien, dilo. —Jimin fijó su mirada en él, Yoongi asintió. 

—Nada pasó entre nosotros esa noche, nada —Rio frustrado—. Aun así... Aun que hubiera pasado, dime, ¿sabés lo devastador qué habría sido para cualquier persona ser abandonada de esa manera después de compartir su cuerpo? 

»Tú no me permitiste decir una palabra. Sólo asumiste lo que había pasado entre nosotros y simplemente decidiste que yo no valía tu tiempo… 

Yoongi sintió un nudo formarse en su estómago. No era lo que había pasado… Había entrado en pánico pensando en como esa noche podía arruinar por completo cualquier oportunidad con Hoseok… 

Cuando se dio cuenta de que había dejado al chico con las palabras entre los labios, supo que debía volver. Él no era esa clase de persona, esa que huía ante sus acciones; pero, Park Jimin había sido tan infantil… Suspiró, ambos habían sido unos tontos. 

—Jimin, yo… 

—Siento mucho haberte lanzado una manzana. No lo pensé demasiado y sólo lo hice. 

—Realmente lo siento. Sé que parece que soy el típico Mera qué no tiene ningún tipo de reparo antes los sentimientos de otras personas, pero eso no es así. No soy un patán Park. 

»Nunca quise dejarte así…

El rostro del menor comenzó a suavizarse; Yoongi estaba siendo sincero, podía sentirlo. 

¿Acaso deberían volver a empezar? 

—Supongo que con el tiempo me daré cuenta de eso. 

—¿Qué quieres decir? 

—Lo sabes ¿cierto? No importa cuanto queramos escapar del otro, es claro que seguiremos encontrándonos constantemente… Tenemos a personas que nos conectan. No podemos continuar así. 

Yoongi sabía a lo que se refería. Era destino.

—Lo sé. ¿Tregua? —Se acercó a Jimin extendiendo su brazo. 

Recuerdos de lo efímero y lo eterno | TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora