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Dejar salir sus emociones siempre le dejaba exhausto, era como si el peso de su dolor fuera la fuerza de gravedad que arrastraba su cuerpo hasta el suelo… 

Podía sentir la calidez que emanaba del toque de Taehyung sobre su piel, le hacía sentir consuelo… Le hacía sentir en el lugar correcto. El vaivén de los largos dedos le hicieron adormecer, haciéndolo menos consciente de su alrededor, envolviéndolo en calma. Sintió su cuerpo hundirse suavemente en el colchón. ¿Taehyung se había ido?

Entreabrió sus ojos y alcanzó a ver su silueta perderse en el baño. Escuchó el grifo abrirse, y aunque los minutos pasaron, el sonido del agua corriendo no cesó. Su corazón comenzó a sentirse inquieto, obligándolo a levantarse con urgencia. mientras caminaba hacia aquel pequeño cuarto, sentía su pecho oprimirse.

Se asomó por la puerta con cuidado y lo primero que sus preciosos ojos alcanzaron a ver fue el semblante destrozado de Taehyung, aferrándose al lavamanos como si fuera su última ancla en un mar desbordado.

—Taehyung, ¿te encuentras bien? —preguntó con voz temblorosa. 

Taehyung parecía haber dejado de respirar, Jungkook sintió un nudo en la garganta al verlo así. “Respira”, pensó angustiado, y fue como si lo hubiera dicho en voz alta; escuchó cómo el aire volvía a circular en sus pulmones.

—Jungkook, hay algo que debo decirte… —La voz de Taehyung estaba cargada de un peso que no había escuchado antes.

Jungkook vio la lucha interna reflejada en los ojos de Taehyung, haciendo que su preocupación se intensificara. Se acercó más y colocó de manera gentil su mano sobre su hombro, como tierra firme en medio de la tormenta.

—Está bien. Puedes decírmelo. Estoy aquí.

Taehyung cerró los ojos por un momento, reuniendo el valor necesario para continuar. Al abrirlos, su mirada se quedó fija en la de Jungkook, buscando la fuerza que necesitaba para revelar su verdad.

—Siempre he soñado con una vida diferente… —Hizo una pausa sintiendo el vértigo aumentar— Pero es difícil creer que es posible cuando cada día es un recordatorio de la realidad… Es verdad, solo representamos un número…

Jungkook se sentía confundido, ¿por qué Taehyung estaba diciéndole aquello? 

—¿A qué te refieres? 

Taehyung se apoyó contra la pared, sintiendo cómo sus fuerzas lo abandonaban. Su cuerpo se deslizó con suavidad hasta tocar el piso. Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas. ¿Cómo iba a decírselo?

Sintió su rostro siendo tomado con cuidado, Jungkook estaba arrodillado frente a él… Taehyung trató de detallar todo su rostro por si aquella fuera la última vez que le viera… Tomó el rostro del Inmar y lo acarició con cariño.

Sabía que no había nada que pudiera cambiar lo que pasaría, alejó su mano y un par de lágrimas corrieron. Una vez más debía soltar a lo que su corazón se había aferrado… 

Solo debía decirlo… 

—Por mis venas también corre la sangre de un Efí… —Apretó sus puños al sentir sus manos temblar, sabiendo que había dicho una verdad a medias—. No puedo ser egoísta. Sé que mi presencia aquí, contigo, te pone en peligro. No quiero dañarte.

El silencio que siguió a su confesión fue ensordecedor. Jungkook parpadeó, intentando asimilar lo que acababa de escuchar. Sintió un miedo profundo en su interior, uno que parecía querer consumirlo desde dentro. La confesión de Taehyung resonaba en su cabeza, y con cada segundo que pasaba, su inquietud crecía, sus palabras parecían sugerir una despedida…

Recuerdos de lo efímero y lo eterno | TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora