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Sus ojos no podían apartarse de la pequeña flor que estaba formándose en su dedo anular, era casi imperceptible. Pensó que nunca iba a tener la oportunidad de verla flores sobre su mano y ahora ahí estaba; comenzando a brotar. Había esperado por mucho tiempo a que ese momento llegará… 

Sintió como su muñeca era tomada con suavidad. 

—¿Qué es lo que tanto miras? —Taehyung trató de detallar la mano de Jimin pero éste la apartó de manera apresurada. 

—No es nada. —dijo nervioso. 

—Pues llevas un largo rato viendo tu mano y suspirando. ¿Qué es? 

Jimin se sintió avergonzado. 

—Tae que ahora estés viviendo en mi casa, no te da el derecho de espiarme. 

—Déjame ver tu mano. 

La verde mirada se había profundizado; Taehyung estaba viéndolo con firmeza. Él no iba a descansar hasta saber qué era lo que estaba pasando; su tenacidad no iba a permitírselo. 

Jimin posó con pesar sus ojos sobre el rostro de Taehyung y extendió su mano hacia él.

Taehyung paseó sus luceros sin esfuerzo sobre la pequeña mano. Se detuvo al encontrar una pequeña marca… ¿Ese era un capullo? Sus ojos se abrieron de par en par al darse cuenta de que se trataba. 

—¿¡Lo encontraste!? ¡Chim encontraste a la persona! —Jimin asintió con pesar. Taehyung le miró confundido, ¿por qué parecía triste? — ¿Qué sucede? 

Jimin tomó una almohada para ahogar un pequeño quejido. Era lo que quería pero no de la manera en que lo deseaba. Quería encontrar a su alma destinada y que esta le amara a él; pero eso no era así… 

—Él está enamorado de alguien más… 

—¿Cómo lo sabes? 

—Sería muy bobo si no me diera cuenta —Suspiró triste—... No sé como hacer para evitar que siga floreciendo. —Señaló la pequeña flor. 

—Chim… 

—¡Estúpido Min Yoongi! Maldigo el día en que nos conocimos. —Volvió a colocar la almohada sobre su rostro y se tumbó sobre el sofá. 

¿Acaso Jimin había dicho Min Yoongi? Taehyung boqueó como un pez fuera del agua; quería decir tanto pero no sabía por dónde empezar. Tan pronto como comenzó a atar cabos lo entendió. Yoongi trabajaba con grafito, la piedra a la cual el macasar estaba abrazado lo representaba. 

Acarició con suavidad la pierna de Jimin. 

—Pensé que se odiaban. —Jimin bajó la almohada de su rostro y conectó su mirada con la de Taehyung. 

—¡Todo es tu culpa! 

—¿Mi culpa? —Taehyung le miró indignado. 

—Sí. Si tú no quisieras tanto a Jeon. ¡Yo nunca habría hecho las paces con Min y seguiría siendo feliz! Nunca habría descubierto que ese fastidioso Mera es maravilloso… Nunca habría descubierto que me gusta la manera en la que habla y cómo en ocasiones ronronea cuando algo le gusta y tampoco habría descubierto cómo su mirada cambia cuando Jung Hoseok aparece… 

¿Sí él no quisiera tanto a Jungkook? ¿Hoseok? 

—Jimin… 

—Realmente no es necesario que digas algo. No es como si lo amara. Sólo imagine las cosas muy diferentes… Voy a superarlo. 

Taehyung supo que su amigo no quería hablar más sobre el tema. 

—Estaré esperando para cuando quieras hablar sobre ello. 

Recuerdos de lo efímero y lo eterno | TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora