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Unos pequeños ojos marrones se mantenían atentos a un grupo de niños. Los pequeños jugaban entre sí, riendo e ignorando todo lo que pasaba a su alrededor. Almas completamente puras e inocentes.

Un cuerpo se posó a su lado, sintió una mirada fija en ella. Sabía de quién se trataba.

—Bienvenido Jin. —La oscura mirada se posó en las hermosas facciones del chico.

Seokjin miró por un momento a aquella mujer, sus cabellos ébano estaban sujetos en un moño, algunas pequeñas arrugas se dibujaban sobre su rostro. La juventud comenzaba a irse de entre sus manos.

—Vicepresidenta Kang. —El precioso Inmar hizo una reverencia de medio cuerpo.

—Siempre tan formal —dejó salir una pequeña risa. Elevó una de sus manos posándola sobre el rostro de Seokjin—. Ha pasado un tiempo desde la última vez que estuviste aquí...

—Los niños no son de mi agrado.

—Claro que no lo son —La mujer acarició suavemente la mejilla de Seokjin mientras una pequeña sonrisa se dibujaba sobre sus labios—. Entonces, si no ha sido tu amor por los niños lo que te ha traído hasta aquí, dime, ¿a qué se debe el privilegio de tu presencia en mi unidad?

Su vanidad quería creer que aquel Imnar estaba ahí por ella. Kang Jisu siempre había tenido una debilidad por hombres mucho más jóvenes. Relamió sus labios recordando las manos de Seokjin sobre su cuerpo, su aliento sobre su cuello y el orgasmo consumiendo su piel... Amaba la manera en que aquel hombre la poseía...

—Quería tratar algunos puntos sobre la expansión. —El gris miró fijamente el marrón.

Jisu frunció el ceño, sintiéndose ofendida. ¿Él sólo quería hablar sobre negocios?

—¿Desde cuándo te has vuelto tan indiferente? ¿Sabes cuánto te he extrañado?

La mujer recorrió el labio inferior de Seokjin con su pulgar. Sus luceros estaban sumergidos en los esponjosos belfos del contrario. Seokjin tomó aquella pequeña mano y la llevó hacia sus labios para dejar un beso en ella.

—No es el lugar, mi señora.

Jisu sintió su interior removerse; le excitaba de sobremanera cuando Seokjin le decía: "mi señora".

—Entonces deberíamos ir a mi oficina. —El menor asintió.

Ambos caminaron por las instalaciones, hasta llegar a aquella habitación. Cruzaron la puerta y Jisu tomó las mejillas de Seokjin con brusquedad buscando saciar su hambre. El chico apartó su rostro.

—¿Qué haces? —dijo indignada.

—Sé lo que desea —Acercó sus labios a uno de sus oídos— y lo tendrá. —dijo de manera seductora.

—Lo quiero ahora.

—Deberá esperar, primero hay cosas que debemos discutir.

La mujer bufó. Le dio la espalda y caminó hacia su escritorio.

—¿Qué es lo que no puede esperar a la reunión general? Ya todo está decidido, Hyunjae quiere poner en marcha la expansión de inmediato.

—Imagine que sería así y por eso vine a usted —Seokjin tomó a la mujer haciéndolos quedar uno frente al otro—. Es la única que puede detener tal estupidez.

—¿Estupidez? —Su mirada estaba llena de severidad.

—No debemos dejar que nuestra ambición nublen nuestra razón.

Los pequeños ojos marrones se suavizaron volviéndose curiosos. Apoyó su cuerpo contra el escritorio.

—¿A qué te refieres Jin?

Recuerdos de lo efímero y lo eterno | TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora