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Taehyung no pudo evitar perderse en todo lo que le rodeaba, era una canción en sí misma.Todos ahí parecían los protagonistas de una escena y todas contaban una historia diferente...

Miraba como los más jóvenes buscaban la manera de atrapar esas historias para volverlas eternas en un lienzo. Todos buscaban el lugar perfecto para comenzar a trabajar.

Su mirada siguió avanzando hasta que vio algo que le capturó por completo... Sihwan estaba perdiéndose lentamente en Youngsook, sus ojos descansaban en ella con tanta suavidad, con tanta profundidad, con tanto amor...

Los ojos son las ventanas del alma.

Taehyung sonrió para sí mismo; conocía esa necesidad de querer grabar todos los detalles de esa persona en tus recuerdos y de ser posible en tus retinas. Aunque no quisiera admitirlo era lo que hacía cuando se permitía ver a Jungkook sin restricciones, tal como había pasado más temprano.

Fue inevitable sentir su ausencia; miró a su alrededor tratando de encontrar sus hermosos ojos, su pequeña sonrisa, sus oscuros cabellos, sus preciosas piernas... a todo él, pero fue imposible. Arrugó el ceño un poco confundido, ¿por qué Jungkook estaba tardando tanto? La academia no quedaba tan lejos del parque. No supo bien el porqué, pero regresó en sus pasos, haciendo el mismo trayecto con la esperanza de encontrarse con él en el camino...

Caminó por la academia con velocidad. ¿Por qué no había logrado encontrar a Jungkook aún? Sintió una pequeña punzada de angustia en su pecho. Tomó su teléfono y marcó su número, pero no hubo respuesta. Volvió a presionar el botón de llamada pero el resultado seguía siendo el mismo.

Después de avanzar unos cuantos metros más, se encontró con un pequeño cúmulo de personas que rodeaban a alguien en el centro, entre los espacios logró mirar unos cuantos mechones azabache, era Jungkook. Su corazón comenzó a palpitar con fuerza. Apartó con cuidado a las personas tratando de abrirse paso entre ellas, tenía que llegar a él.

Cuando finalmente pudo llegar al centro, sintió su estómago anudarse; Jungkook estaba en el suelo con su rostro lleno de lágrimas. Taehyung se arrodilló a su lado y sintió el frío del suelo penetrando en sus rodillas mientras tomaba con suavidad su rostro.

—Jungkook, mírame, por favor, mírame.

Vio a Jungkook abrir sus preciosos luceros con mucho esfuerzo, las lágrimas se acumulaban con prisa en sus ojos. Su pecho se apretó con fuerza al ver como Jungkook luchaba por respirar correctamente.

Tenía que sacarlo de ahí, lo tomó entre sus brazos y lo apretó a su torso. Las personas que estaban a su alrededor se apartaron de su camino, escuchaba sus murmullos desaparecer mientras el llanto de Jungkook retumbar con fuerza en sus oídos, era doloroso. Su corazón comenzó a desesperar ¿Qué debía hacer?

—Por favor, Jungkook, ¿qué debo hacer? —dijo preocupado. Sabía que preguntar era en vano; Jungkook no estaba escuchándolo.

Entró a uno de los salones y colocó con cuidado al Inmar sobre el piso, se sentó a su lado y volvió a tomarlo entre sus brazos. Lo abrazó con firmeza tratando de mantener todas sus piezas juntas, tratando de contener todo su dolor...

—Te tengo Jungkook y no voy a soltarte. —Paseaba con delicadeza su mano sobre su espalda—. Estoy aquí.

Taehyung escuchó a Jungkook llorar, en momentos el llanto se calmaba pero luego volvía a intensificarse; era intermitente.

Dejó salir su voz con apacibilidad mientras tarareaba una canción, sintió como las lágrimas iban cesando poco a poco y solo pequeños hipidos quedaban.

Jungkook separó un poco sus cuerpos y finalmente sus miradas conectaron. Sus preciosos ojos estaban hinchados y uno de ellos se había vuelto completamente marrón.

Recuerdos de lo efímero y lo eterno | TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora