Capítulo 1

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Emma jamás había imaginado estar acurrucada con algunos Slytherin y Seamus en un edificio abandonado mientras se apilaban en una improvisada fogata o estaba comiendo secas barras de granola.

Bueno, Emma Potter jamás imaginó que el apocalipsis zombie llegaría. Tal vez ella imaginaba el fin del mundo Zombi como en Return to Living Dead, con cadáveres malolientes que se movían lento en busca de cerebros.

Este fin del mundo eran de malditos zombies de hielo difíciles de eliminar. Había diezmado a la población mágica y muggle catastróficamente. Muchos magos experimentados como Kingsley y todo el cuerpo de Aurores y rompe maldiciones murieron al tratar de hacerles frente.

Los muggles, lo que mayormente pudieron salvar solo llegaba al número de unos cientos y los magos prosperaron más, más niños y maestros que estaban en Hogwarts como punto de salvación.

Emma cerró los ojos, recordando como Hogwarts cayó momentos después que abrieron el primer portal hacia el otro mundo que la orden había registrado cuando sucedió la primera guerra mágica.

—Debes dormir un poco, Potter — dijo Marcus Flint mientras le pasaba una petaca con Whiskey de fuego. Ella lo tomó y bebió un largo trago.

—Debo estar alerta — Emma se abrazó a la Espada de Gryffindor como si fuese un oso de peluche. Emma extraña a Deery, como infantil llamó a su manta de seguridad que servía como muñeco de felpa.

Desde su miserable infancia con los Dursley, esa manta le dio amor. Cuando llegó a Hogwarts, Dumbledore le había dicho que sus padres impregnaron parte de su forma mágica, algo que los sangre pura habían acostumbrados a sus hijos, así que desde ahí, con más fuerza Emma se aferraba a Deery.

Tuvo que dárselo a Sirius como una promesa que ella cruzaría el portal.

—Potter, ya duérmete — dijo Malfoy con la voz ronca.

Su aliento apestaba a Whisky de Fuego, ya no quedaba nada del bien pulido y peinado Malfoy. Emma deseaba cepillarse el pelo y limarse las uñas, incluso un baño con rosas y sales aromáticas sonaba como un sueño en estos momentos.

—Si Potter, ya duérmete — dijo Pansy entrecerrada — Necesitamos a tu dragón para acabar con los culos congelados.

El pequeño grupo de seis rio.

Parkinson, Flint, Malfoy, Warrington y Seamus eran expertos en crear fuego, fuego salvaje y fuego maldito que lograron eliminar. De manera apresurada algunos goblins que sobrevivieron forjaron espadas en hierro de duende. Plata pura que magos de casas antiguas entregaron para que se forjaran veinte espadas para la supervivencia de los magos y brujas.

Del mismo material que estaba hecha la espada de Gryffindor.

Cada uno tenía una espada y con su talento con el fuego eran el último eslabón para evitar que los zombies de hielo ingresen por el portal, pero Emma al ser el último dragón en el mundo, su fuego era efectivo.

—Solo diez minutos — bostezo Emma con mucho sueño — SI no me despierto a la primera. Pansy, puedes abofetearme si gustas.

—Con mucho gusto, Potter.

──── ∗ ⋅◈⋅ ∗ ────

Habían pasado exactamente dos meses desde que los sobrevivientes cruzaron por el portal. Algunos maestros trataban de reconfortar a los niños de primero a tercero, sobre todo los hijos de muggles que nunca supieron de sus familias.

En un primer momento, fue la profesora McGonagall que habló con Lord Otto Hightower que representaba al rey, y ella como antigua directora de Hogwarts.

Bad Blood  [Cregan Stark ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora