Capítulo 3

7.9K 872 85
                                    

Cregan había soñado con ella casi toda la vida.

La primera vez él tenía ocho años y había soñado con una niña como de cuatro años en lo que parecía un jardín, arrancaba las malas hierbas bajo un sol esplendoroso que Cregan jamás había soñado.

Tenía las mejillas regordetas y la piel bronceada como una Dorniense, pero sus ojos verdes eran los más brillantes que jamás había visto.

La segunda vez que vio a la niña en sus sueños, fue la noche en que su padre, Lord Rickon Stark murió. Cregan se había quedado dormido mientras lloraba a su padre, la niña estaba en una habitación muy pequeña, casi como un depósito. En sus brazos tenía un peluche de ciervo, ella cantaba una suave canción.

La tercera la vio con una extraña túnica y un vestido que le llegaba a las rodillas y sus piernas cubiertas por medias grises. No parecía mayor a doce años, en sus manos tenía una espada de plata con rubíes incrustado, estaba con el rostro rasguñado pero su mirada parecía destilar fuego hacia un enemigo invisible.

La cuarta vez, más de cuatro años después de la muerte de su esposa luego de traer a Rickon al mundo. Se sentía mal soñar con una mujer tan cerca del fallecimiento de Arra. Pero ella ya no lucía como una niña, lucía como una dama de alta cuna.

Llevaba un vestido que parecía ser hecho de estrellas, el color azul y destellos plateados contrastaba con su piel bronceada y la oscuridad de la noche donde nevaba ligeramente. Los copos de nieve cayendo sobre su largo y sedoso cabello negro mientras sus ojos brillaban.

Soñó por quinta vez en un escenario raro. Había un lago en pleno invierno y una extraña cierva plateada que se posaba sobre el lago congelado. Vio a la chica, romper el hielo y regresar a la orilla para quitarse la extraña ropa, solo quedando en trozos de telas que cubría su intimidad y sus pechos, Cregan notó un guardapelo en medio de sus dos pechos.

La vio sumergirse en el lago y luego salir con la misma espada de plata y rubíes.

Cregan se levantó de su sueño, por sexta vez soñó con ella, luciendo como una guerra con criaturas que se asemejan a las leyendas de Los Otros. La misma espada de plata, cortando los cuerpos a la mitad mientras que una su mano libre tenía una especie de palo con los que le prendía fuego. Encima de ella había un ave envuelta en fuego que peleaba al lado de la chica.

Cregan se ha preguntado por qué todos estos años ha soñado con ella.

──── ∗ ⋅◈⋅ ∗ ────

Sirius miró al rey frente a él.

—¿Sabía del parentesco de ella? — preguntó el rey sumamente cansado.

—No. James y Lily dijeron que habían desmemoriado a la prostituta que los descubrió rescatando a Emma — contestó Sirius — Luego regresaron a nuestro mundo donde la adoptaron mágicamente. De una bebé abandonada pasó a ser Emma Lilia Potter.

—Emma— el rey pareció sonreír — Un nombre encantador. — su sonrisa decayó — ¿ Cómo es ella?

—Como si la estrella más brillante del cielo hubiera bajado a la tierra para iluminar la vida de todos — contestó Sirius — Emma fue el pequeño milagro de James y Lily luego que Lily fuera maldecida con magia oscura por una bruja demente.

Sirius recordó a Lily diciendo a James en lágrimas que podía repudiarla como esposa y buscar a otra esposa. James negó con la cabeza abrazándola, diciendo que no importa si son solo ellos dos hasta que día de su muerte, que el apellido Potter muriera antes de separarse de ella.

—¿ De dónde la conocen?

—Ella es la hija de mi mejor amigo, James — respondió Sirius mientras buscaba la fotografía que llevaba con él siempre. Con cuidado la abrió.

Bad Blood  [Cregan Stark ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora