Consequences #𝟐 |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔

Treinta y cinco

                       Hyeri;

Abrí mis ojos despacio y me tardé un poco en acostumbrarme a la fuerte luz que residía sobre mi rostro. Vuelvo a cerrarlos y los abro nuevamente para acostumbrarme a la claridad de mi alrededor.

"¿Dónde estoy?"— fue la primera pregunta que llegó a mi cabeza.

Miré lentamente a mi alrededor y logré distinguir a mis dos amigas, hablando con una mujer que por su vestuario parecía doctora. ¿Estaba en el hospital?

—Aisha, Yirem... —digo en una voz bien baja pero logro captar la atención de ambas. Inclusive la de la mujer.

—¡Hyeri! —suspiran aliviadas y se acercan a mí afligidas.

—¿Que pasó? ¿Estoy en el hospital?

—Oh, sí —me sonríe de forma tranquilizante Aisha—. Te desmayaste.

Intento sentarme despacio y a mi cabeza llega como un flashback lo ocurrido. Yo siendo llevada por Xiumin a no sé donde, huyendo de él, Jungkook recibiendo un disparo...

—¿Y Jungkook? —me alarmo en seguida—. ¿D-dónde está él?

—Hablemos de eso después, tú estás en una situación complicada también Ri. Debes escuchar lo que tiene que decir la doctora.

—P-pero ¿dónde está Jungkook? ¿Y Hyeji? Solo necesito saber eso —pido afligida y sintiéndome muy vulnerable de solo pensar en ellos dos.

—Te contestaremos ahora —me analiza Yirem—, pero por favor, la doctora tiene que hablar contigo ¿si?

Y a pesar de que realmente no me interesa decido acceder. Solo para saber después de una vez donde estaba mi esposo, mi hija y si estaban bien. La doctora, de unos cincuenta y tanto años me dedica una pequeña sonrisa.

—Hola, Hyeri. Yo soy la doctora Kyo. ¿Cómo te sientes?

Me le quedo viendo y trago fuertemente abrazando mis brazos.

—Bien... —murmuro.

—¿Y los otros días anteriores? ¿Cómo te has sentido?

Frunzo mi ceño analizándola y  viendo por unos cortos segundos a mis amigas que me miraban de igual forma que la doctora; con preocupación, curiosidad e interesadas por mi respuesta.

—¿Puede ir directo al punto?

Ella suspira.

—¿Sentiste mareos o náuseas recientemente?

Analizo su pregunta y comienzo a recordar las veces en las que sentí asco, mareo, ganas de vomitar. Empezó a partir de ese día que fui a comer un sándwich con Nayeon. Luego continuaron irregularmente.

—Sí... —asiento ante su pregunta.

—¿No te preguntaste por qué?

¿Preguntarme por qué? La verdad al principio no le di importancia, y luego de eso estaba lo suficientemente estresada, preocupada, cansada tanto física y mentalmente por el secuestro de Hyeji que todos aquellos malestares habían pasado a un segundo plano.

—No.

—¿Que hay de tu período? ¿No te diste cuenta de si se había atrasado?

Me le quedé viendo ante esa pregunta. Y la verdad es que tampoco le presté atención a eso. Tenía mi cabeza repleta de preocupaciones, miedos, angustias...

—¿Que está intentando decir?

Ella presiona sus labios y la sigo viendo fijamente esperando que me responda a mi pregunta.