Trece

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Maratón 📌
3/3
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                            Hyeri;

Traje unos tres vestidos que me gustaban mucho ya que no estaba convencida de cuál usar para la cena. Me miré en el espejo mientras ponía estos frente a mi comparándolos y luego de algunos minutos haciendo esta acción varias veces tomé el que era de color blanco de tirantes el cuál era largo y un poco suelto pero me quedaba bien.

Decidí hacerme un peinado más sencillo ya que no me apetecía tener el pelo suelto. Y con el maquillaje tampoco exageré; usé algo mas sencillo y natural.

Luego de que me asegurara de que todo estuviese bien con mi aspecto, tome los papeles que llevaría yo y salí justamente a la hora acordada. Presioné el botón en el ascensor y las puertas comenzaban a cerrarse, cuando alguién las sujeta y estas se detienen.

El director Hyunwoo sonríe un poco y entra. Las puertas esta vez si se cierran dirigiéndonos a el lobby donde íbamos a encontrarnos todos. A lo mejor Nayeon ya también estaba allí.

—¿Se me permite hacerte un cumplido? —pregunta él a mi lado.

—Nunca pierde oportunidad ¿no? —digo mirando al frente, sin verlo.

—No es como si tú me lo pusieras tan fácil.

Alzo una ceja y ladeo mi cabeza para verlo.

—¿Perdón?.

—Eres preciosa, Hyeri. Eso no es culpa mía. Tus padres se esmeraron mucho, debo reconocerlo.

Solté una risita por eso y negué.

—Por favor deténgase. Estoy casada —pronuncio.

—Pero a mi me gusta usted, no su esposo.

E iba a decirle algo más pero el ascensor se detuvo y el me dedicó una sonrisa corta y extendió su brazo cediéndome el paso. Negué y salí.
Efectivamente ya allí estaba Nayeon en uno de los sofás esperando por nosotros.

Un auto nos llevaría al restaurante en el que nos encontraríamos con los inversionistas y mientras nos dirigíamos en este hacia el lugar puse mi cartera encima de mis muslos mientras sacaba el celular. Miré la hora, y como entre Corea y China había solo una hora de diferencia, aún era un poco temprano en ambos países.

No tardamos en llegar al restaurante y al entrar nos quitamos nuestros abrigos, y conducidos por un camarero nos dirigimos hacia una mesa amplia con varias sillas. En total para cinco personas.

—Buenas noches. ¿Pedirán algo o esperarán por las demás personas?.

—¿Quieren tomar algo? —nos mira el director.

—Por ahora no —negó Nayeon y él me mira.

—Yo estoy bien también.

—Esperaremos a los demás.

El hombre asintió y se fue dejándonos solos. Suspiré y apoyé mi brazo encima de la mesa mientras dejaba reposar mi mentón encima de la palma de mi mano viendo hacia mi lado donde un gigantesco ventanal regalaba una preciosa vista de la ciudad china.

;;;

—Estoy seguro de que no se arrepentirán de trabajar con Son Company.

—Estamos seguros de eso —sonrió levemente uno de los inversionistas chinos—. Son Company es de hecho una de las mejores compañías y a nosotros nos hace feliz poder trabajar con ustedes.

Luego de la pequeña reunión con los inversionistas chinos, disfrutamos de la comida mientras hablábabamos de otros temas dejando a un lado los asuntos de trabajo.

Consequences #𝟐 |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora