Veintisiete

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                                 Hyeri;

—¿Te encuentras bien, Hyeri? —me mira Nayeon preocupada y cierro fuertemente los ojos mientras me sujetaba del lavabo frente a mi.

—S-sí... creo que me marée.

Y la verdad es que había  ido con Nayeon a comer algo ya que teníamos una junta y queríamos comer aunque sea un sándwich antes de comenzar. Pero la verdad es que, cuando me pusieron el sándwich que había pedido, sentí unas ganas asquerosas de vomitar y un poco de mareo.

—¿Necesitas algo?

—No hum... solo me quedaré un momento de esta forma. De seguro se me pasa rápido.

—Que extraño... Ni siquiera fuiste a almorzar. ¿No será eso?

—Sí, debe ser —tragué fuertemente para abrir la llave y mojar mis manos echándome un poco de agua en el rostro para despabilarme.

—¿Segura que no necesitas nada?

—No, no te preocupes. Gracias —la miro y le sonrío un poco—. Iré en seguida ¿si?

Ella solo me mira y asiente para salir de el baño. Cierro nuevamente la llave y primero me dirijo a mi oficina sentándome en uno de los sofás allí. Siendo sincera tenía justo ahora cero de ganas de ir a esa junta, pero era mi trabajo y además este mareo ya se había ido un poco. Extendí mi mano para tomar mi celular encima de mi mesa de trabajo y observo que había una llamada perdida de la profesora de Hyeji.

Algo extrañada, devuelvo la llamada y espero pacientemente a que la profesora atienda. Y no tarda en hacerlo.

—Profesora Rim, disculpe, no estaba con el teléfono y vi su llamada. ¿Ocurre algo?

—Me imaginé que tal vez estaba ocupada. Te llamo para informarte que envié a Hyeji a casa.

—¿Que?

—Al parecer se sentía mal. No te preocupes, la envié con una profesora de confianza ¿si? Te llamé al momento pero-

—Sí, vale. Llamaré a casa. Muchas gracias, profesora.

—De nada. Al parecer Hyeji cogerá un resfriado. Espero que se mejore.

Solo cuelgo en seguida preocupada y busco en seguida el contacto de Ana para llamarla. Y no entendí porque si había pasado algo con Hyeji ella no me había llamado. Me levanté mientras caminaba por toda mi oficina esperando que atendiese la llamada. Pero eso no pasó. Mordí la punta de mi labio inferior insistiendo una vez más. Y casi cuando el timbre de llamada está al finalizar ella contesta.

—Disculpe, señora Hyeri. Estaba en el jardín.

—Oh, esta bien —tragué fuertemente—. ¿Cómo está Hyeji? La profesora me llamó y me dijo que la envió a casa porque al parecer se sentía mal. ¿Es grave? ¿Tiene fiebre? ¿Un resfriado.

—Señora, la pequeña Hyeji no está aquí.

—¿Q-que?

                           Jungkook;

Miré fijamente ese papel con aquel mensaje tan retorcido de “X”. Y era más que claro que se trataba de Xiumin. Llevé mi mano a mi frente echando mi pelo hacia atrás. Realmente ese pedazo de basura había sobrevivido y... esta en Corea.

—Maldito bastardo —gruño.

—¿Que harás? —me mira Jimin—. Eso fue una supuesta advertencia de que está dispuesto a pelear contra ti.

—Me halaga lo mucho que pierde el tiempo —arrastro la silla levantándome—. Pero ya hablaremos de eso. Yo tengo que buscar a Hyeji al colegio –dije cogiendo del respaldo de mi silla el saco–. Encárgate de cualquier cosa mientras. Hoy en la noche, avisa a todos para una reunión. Tendremos una casería de brujas.

Consequences #𝟐 |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora