Consequences #𝟐 |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔

Treinta y seis

                                 Hyeri;

—Lo siento; tendrás que aguantar a ese cabrón durante muchos años más —añade Hoseok y mientras los chicos comienzan a gritar en señal de frustración pero al mismo tiempo de alegría por la broma de él yo comienzo a llorar del alivio que sentí en ese momento. Pego mi espalda a la pared, con mis manos en mi rostro aliviada totalmente.

—¡Yah, no bromees así imbécil! —Jimin lo empuja y deja escapar un suspiro de alivio mientras los demás tratan de asimilar la noticia y recuperarse del susto momentáneo que les causó aquello.

—Ri —veo a Hoseok a través de mis ojos lagrimosos—. Perdón por asustarte.

—Pésima tu broma Jung Hoseok —lo fulmina Taehyung.

—Quería verlos temblar un momento —añade él entre risas y los chicos lo empujan.

—¿Puedo ir a verlo? —pregunto en voz baja pero captando su atención.

—Él está dormido por la anestecia pero está bien, solo a ti te permitiré estar con él.

—Gracias.

—Ven, te llevo —me acerca a él para caminar y de una le doy un codazo en el costado haciéndolo maldecir—. ¡Auch!

—¡Casi muero por tu broma! —lo señalo con algunas lágrimas que se me escaparon solo de volver a pensar que a Jungkook realmente le pudo haber pasado algo en la cirugía.

—Lo siento —hace un puchero pero ríe al final.

—Imperdonable —los demás lo molestan también pero al final me siento un poco mejor. Él se disculpa entre risas. Aún así ya estoy calmada porque todo había salido bien.

Minutos después entro a la habitacion privada y custodiada por varios hombres en la puerta. Observo a Jungkook en la cama acostado y con los ojos cerrados mientras aquellos dispositivos médicos estaban en sus brazos. Estaba un poco pálido, pero reflejaba tanta traquilidad dormido de esa manera.

—Puedes estar con él todo el tiempo que desees —Hobi me sonríe dulcemente.

—Él realmente está a salvo ahora ¿verdad?

—Lo está, no te preocupes —asegura—. Solo necesita un buen descanso y volverá a ser el mismo de siempre. Cuando despierte avísame ¿si? Necesito comprobar que tal está.

—Okay.

—Te dejo entonces. —Aprieta suavemente mi hombro.

Asiento y cierro la puerta despacio una vez que sale del lugar. Camino hacia la silla que estaba justo al lado de la cama y me siento en esta para mirarlo y a pesar de saber que ya estaba bien y que no corría peligro, algunas lágrimas se me agruparon en los ojos al verlo frente a mí.

Dormía profundamente y su respiración era muy calmada. Su rostro seguía un poco lastimado pero mejor que antes. Presiono mis labios y tomo una de sus manos.acariciándola despacio. La otra la llevo a su pelo el cual caía sútilmente sobre su frente y mediante caricias se lo aparto cuidadosamente.

Y mirándolo de esa forma comprobaba lo mucho que lo amaba. ¿Quién iba a pensar que el hecho de pagar una deuda me iba a llevar a esto? Que me iba a enamorar perdidamente de este hombre. Si alguién me lo hubiera dicho al inicio definitivamente me hubiese reído en su cara.

No sé cuanto tiempo estuve mirándolo de esa forma pero el cansancio que aún tenía acumulado me fue venciendo poco a poco. Apoyé mi cabeza justo a su lado sin soltar su mano y sin dejar de mirarlo tampoco mientras los ojos se me iban cerrando despacio ante el sueño.