De: Mila
Para: Dean.Me veo obligada a escribirte estas palabras, pues la lluvia sigue cayendo afuera, recordándome los momentos que compartimos juntos. A veces era un desastre avasallador que desafiaba nuestra fortaleza, la lluvia a veces, se convierte en eso , en otras ocasiones, en una bendición momentánea, pero siempre nos ayuda a limpiar y sanar nuestras almas. Desde el inicio, la lluvia estuvo presente, acompañándonos en cada capítulo de nuestra relación. Yo era una tormenta torrencial, arrasando con todo a mi paso. Tú, en cambio, eras el sol que lograba encontrar un lugar entre las nubes oscuras, iluminando mi tempestad. Éramos un contraste fascinante de sol y tormenta, una metáfora inquebrantable y nuestra favorita.
Pero a medida que los días pasaban, nuestras diferencias nos separaban aún más. La intensidad de nuestra relación se desgastaba, y tu luz comenzaba a extinguirse lentamente. Aunque intentamos resistir, nuestros caminos se desviaban cada vez más. Los polos opuestos que alguna vez se atrajeron, ahora se veían obligados a alejarse.
Pese a nuestros esfuerzos, llegó el día en que nuestras almas se separaron. La lluvia continuó cayendo, pero ya no era la misma. Solo quedaba una tristeza impregnada en el aire. Nuestra historia se convirtió en una narrativa de amor trágico, de superación y pérdida. La lluvia, en todas sus formas, se convirtió en el recordatorio de lo que una vez compartimos, de los momentos felices y dolorosos que vivimos juntos.
Y así, en nuestra despedida, aprendimos que en ocasiones, incluso las conexiones más intensas se desvanecen y se pierden en la inmensidad de la existencia. Pero a pesar del final que se escribió, llevaremos siempre con nosotros los recuerdos, las lecciones aprendidas y los destellos de sol que alguna vez iluminaron nuestra tormenta y que estés en donde estés la lluvia re ayude a florecer.

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PRIMER AMOR
RomanceA veces el primer amor no siempre es el primero y en ocasiones tampoco el último......