PRIMER AMOR

La Primera De Muchas Cartas Que Nunca Te envié.

Recuerdo cuando te conocí, no sabía lo especial que serías para mí, recuerdo lo cansada que estaba de buscar el amor, ya me había rendido, ya que no valía la pena seguir esperando que alguien me amara de verdad como yo soñaba que lo hicieran así que me rendí, acepte que nunca conocería un amor como el que tanto amaba en mis libros, esa clase de amor que hace que tu sangre hierva, así que ya no lo buscaba, no te estaba buscando, y aún así llegaste, con esa hermosa sonrisa y tus odiosos modales, llegaste y lo arruinaste todo, porque me hiciste creer una vez más en el amor, me hiciste creer en ti, en nosotros.....

Así es la naturaleza de la esperanza, te atrae y te consume, te va masticando con promesas de lo que podría ser, solo para luego escupirte en la cara de la realidad. La esperanza, con su dulce veneno, puede destrozarlo todo, dejándote con nada más que los ecos de lo que pudo haber sido. Y por eso, cuando apareciste, inundando mi vida con tu presencia, lo resentí. Resentí cómo encendiste una chispa de esperanza en este corazón que se había resignado a la desolación. Porque aunque la esperanza pueda ser dulce, también puede ser la más cruel de las torturas para un corazón que ha conocido el sabor amargo de la decepción.

No te estaba buscando, no te esperaba, y aún así, apareciste. Y en ese instante, en ese breve y fugaz momento, experimenté una felicidad que no creía posible. Un destello de alegría que, aunque efímero, iluminó las sombras de mi existencia.

Yo no estaba buscando nada en absoluto cuando te conocí, en realidad, yo no estaba pensando en enamorarme tan pronto de alguien, pero luego te conocí y supongo que eso fue todo... supongo que las cosas solo sucedieron, te encontré y me encontré queriendo pasar más tiempo contigo, era sencillo, fue fácil, y creo que así es como comienzan las mejores relaciones, tú no estabas buscando nada y de repente te das cuenta que lo tienes todo.