CAPITULO 28

2 1 0
                                    


­ La casa no era la misma en la que pasé mis primeros 5 años, pero guardaba una gran similitud. Los recuerdos me asaltaron de inmediato, pero decidí enfocarme en las diferencias. Esta casa tenía un hermoso jardín y no parecía tan descuidada como la nuestra. Toqué la puerta con cautela y, en menos de un minuto, alguien abrió.

Mi corazón empezó a latir rápido, pero no por felicidad o emoción, sino por miedo. Los ojos que me miraban eran los míos. Mi madre y yo siempre tuvimos la misma mirada. Busqué en mis recuerdos, pero esta mujer no se parecía en nada a la mujer delgada y pálida que recordaba. Por el contrario, tenía mejillas rosadas y una sonrisa de color rosa que se ensanchó al verme.

- Hija, si viniste. Te ves... eres... toda una mujer ya. Estás hermosa - dijo al verme.

Ella quería abrazarme, pero me alejé de inmediato. Entramos a la casa y, para mi sorpresa, estaba limpia y ordenada. Además, un delicioso aroma provenía de la cocina.

- ¿Desde cuándo cocinas? - pregunté, sorprendida.

Mi madre sonrió con cariño mientras cerraba la puerta detrás de nosotros.

- Desde hace un par de años empecé a aprender a cocinar. Ya sabes, necesitaba mantenerme ocupada y descubrí que me gustaba. Además, quería asegurarme de que siempre tuvieses una buena comida cuando vinieras a visitarme - respondió con sinceridad.

Me sentí abrumada por su gesto de amor y cuidado. Durante todos esos años lejos de ella, nunca imaginé que hubiera hecho tanto esfuerzo para adaptarse y mejorar su vida. Era evidente que algo había cambiado, pero seguía dudando de ese cambio.

- Todo se ve diferente, no parece la misma casa.

Ella sonrió humildemente y señaló al jardín que se veía a través de la ventana.

- Fue un largo proceso, pero con el tiempo y algo de ayuda, logré recuperar la belleza de este lugar. Incluso planté algunas flores que tanto te gustaban cuando eras pequeña.

Mi madre me miró con tristeza en los ojos mientras se abría paso a través de mis defensas. A pesar de sus intentos de amabilidad, yo seguía dudando de que realmente hubiese cambiado.

- Susan, ¿cómo puedo estar segura de que realmente has cambiado? Pasé muchos años temiendo que volvieses a casa, y siempre me quedé con la duda de si podrías ser diferente después de todo lo que pasó - le dije con voz fría y desconfiada.

Ella bajó la cabeza, sabiendo que no podía borrarse el pasado de un plumazo.

- Entiendo que tengas dudas, Mila. Sé que cometí errores, y no espero que los olvides o los perdones de inmediato. Solo quiero tener la oportunidad de demostrarte que puedo ser una madre mejor, de reconstruir nuestra relación de a poco - respondió, sus palabras cargadas de sinceridad.

La ira empezaba a nublar mi juicio y desvanecer cualquier rastro de esperanza en mí. La rabia y la frustración de todos aquellos años conella me llevaron a soltar palabras hirientes.

- Reconstruir nuestra relación... ¿crees que todo se soluciona con unas palabras bonitas y un jardín renovado? ¿Acaso crees que ese esfuerzo es suficiente para borrar los años de abandono, golpizas y desconfianza? ¡No me engañes con tus actos, mamá! No voy a caer en la trampa otra vez - respondí bruscamente, dejando a un lado cualquier atisbo de gratitud por sus gestos.

Las lágrimas llenaron sus ojos, pero ella se mantuvo firme a pesar de mi actitud hostil.

- No te pido que olvides el pasado o que confíes en mí de inmediato. Solo te pido que abras una pequeña puerta en tu corazón para la posibilidad de un nuevo comienzo. Sé que necesitará tiempo y esfuerzo de ambos lados, pero estoy dispuesta a enfrentar cualquier resistencia que me muestres. Quiero demostrarte que soy capaz de cambiar, de ser la madre que siempre debí haber sido - dijo, su voz quebrada pero llena de determinación.

PRIMER AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora