Tenía mi cuaderno de dibujo entre mis manos, listo para capturar mis pensamientos artísticos. De repente, en mi mente aparecieron dos ojos cafés, tan familiares y poderosos. Sin dudarlo, dejé que mis manos se movieran sobre el papel, trazando cada línea con cuidado y precisión. Conocía esos ojos tan bien que no había lugar para errores. Sabía perfectamente a quién pertenecían.
De repente, escuché la voz de Ivy interrumpiendo mi concentración. Volteé para verla a los ojos, y le respondí: "He estado trabajando mucho en mis pinturas". Ella sonrió con una entonación cantarina y añadió: "Con mucho apoyo de Dean, ¿desde cuándo son tan amigos?". Rápidamente, aclaré: "No somos amigos, somos colegas artistas de una especie extraña".
Ivy no se dejó engañar y replicó: "Claro, como si no te conociera desde los 4 años. Se nota que hay química cuando ustedes dos están juntos". No pude evitar soltar una risa burlona.
"En serio, no me interesaría Dean ni aunque mi vida dependiera de ello", dije con seguridad. "¿Has visto a todas las chicas con las que ha salido en esta escuela? Definitivamente no es mi tipo. Por eso sé que el sueño no significó nada y...".
Mis palabras se quedaron suspendidas en el aire cuando me di cuenta de que había hablado de más. Ivy sonrió ampliamente, comprendiendo mi confesión inadvertida. Sin previo aviso, ella soltó un grito emocionado: "¿Tuviste un sueño con Dean?". Sorprendida, abrí los ojos de par en par.
Justo en ese momento, la voz profunda de Dean resonó detrás de mí: "¿Tuviste un sueño conmigo, Emilia?". Intentando mantener la calma, respondí en tono bromista: "Sí, soñé que te asesinaba y lo disfrutaba".
Dean giró la cabeza hacia Ivy mientras continuaba hablando: "Más tarde, tal vez me cuentes más sobre ese sueño. Vine a invitarlas a verme tocar hoy y...". Sin embargo, su voz se desvaneció cuando notó el dibujo que aún mantenía entre mis manos.
"Y supongo que estás dibujando mis ojos porque...", comenzó a decir, pero de repente un intenso dolor de cabeza nubló mi mente. Fue un dolor insoportable que me hizo tambalear y, al siguiente momento, perdí la conciencia.
Desperté somnolienta en la cama del hospital y, al abrir los ojos, me encontré con la mirada preocupada de mi tía.
_¿Qué pasó?. pregunté confundida.
_Te desmayaste. El médico dice que fue una combinación de estrés y cansancio. ¿No has estado durmiendo bien?.respondió ella, buscando respuestas a mi repentino desvanecimiento.
Me sentí avergonzada al admitir la verdad. Efectivamente, tenía dificultades para conciliar el sueño, pero el motivo detrás de ello era mucho más profundo. Tenía un miedo creciente de cerrar los ojos, ya que sentía la presencia de mi madre en la habitación y me venía la sensación de estar atrapada nuevamente, confinada en aquel oscuro recuerdo de mi infancia.
Mi tía me miró con comprensión y dijo. _Sé que todo esto está relacionado con tu madre. En mi opinión, debes tomar una decisión sobre eso y no seguir atormentándote.
_ tu fuiste a verla. le dije
en su mirada había culpa, culpa por habermelo ocultado. en nuestra relación no había secretos, mi tía tenía un estilo de crianza muy diferente al de cualquier padre y la confianza mutua era la más importante, nos decíamos todo no había secretos.
_Lo siento, no quise decírtelo para no confundirte más. se disculpó mi tía mientras intentaba explicar su razón para no haberme contado sobre su visita a mi madre.
_Mila sigue siendo mi hermana. Cuando éramos jóvenes, éramos como tú e Ivy. Es normal que aún me preocupe por ella.
Intrigada, le pregunté cómo estaba mi madre, pero rápidamente decidí no escuchar la respuesta. No quería que eso influyera en mi decisión. La idea de enfrentar la realidad de mi madre era abrumadora en sí misma.
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PRIMER AMOR
RomansaA veces el primer amor no siempre es el primero y en ocasiones tampoco el último......