Deseo Silencioso ▪︎Wenclair ▪︎

15

Los rayos del sol se posaron en el rostro palido haciéndola despertar de apoco mientras sentía un cuerpo calido aferrarse a ella de quien distinguía perfectamente,su novia aun seguía dormida,aun era muy temprano,deducia que eran aproximadamente las 6 de la mañana,las clases iniciaban a las 8 en punto,ni un minuto menos ni uno mas,asi que tiempo les sobraba,se dedico a admirar el rostro de su dama,era algo que le fascinaba,tener la dicha de ahora despertar y lo primero que sus ojos oscuros se toparan fuese con el rostro de su amada le parecia una gloria.

Su fria mano toco con sutileza la mejilla de su novia que comenzaba a brindarle calidez,Enid tenia un cuerpo calido debido al ser un licantropo y Addams tenia una piel fria,pero para la pelinegra la ojiazul tenia una calidez que le era capaz de adormecer todo el cuerpo,relajando cada musculo tenso,volviendo su respiración tranquila y sus parpados pesados,solia odiarlo,odiaba a las personas de cuerpo calido no lo negaba,pero con Sinclair siempre era excepcion,su calidez era como un veneno que se exparcia por todo su cuerpo de forma satisfactoria.

Hacia un leve recorrido por sus pómulos trazando patrones inexistentes mientras se daba a la dicha de sentir su respiración relajada y escuchar uno que otro gruñido que solia soltar de vez en cuando,pensar que todo eso solia odiarlo,su calidez,sus gruñidos nocturnos,su sola presencia que era capaz de dejarte ciego ante lo colorida que lucia,ahora era lo que amaba de ella,el sonido de su voz,la melodia de su risa,sus gestos que le parecian arte pura,sus abrazos,su calidez,su tacto,Enid le hizo callar ante las palabras que le habia dicho a su madre sobre no enamorarse y ahora estaba en su habitación,recostada en la oscura cama acompañada de una chica que parecía un arcoiris,que para colmo era su novia a la cual amaba locamente,sabiendo que su frio ser a su lado no existía.

Admiro su rostro un rato,un muy largo rato,recordando hasta la más mínima cosa del lindo rostro dormido de su novia,lo sedoso que era el cabello rubio,lo suave que eran las mejillas de su novia y sus labios,que admiro en mas de una ocasión con esa gran necesidad de besarla,sentir esa eléctrizante sensación que aseguraba era mucho más satisfactoria que las veces en las que solia sentarse en la silla eléctrica con Pericles y el Tio Lucas,esos labios rosados que solían dejarle los suyos cosquilleando con deseo de mas,ahora entendía a sus padres,entendía esa necesidad de estar cerca uno del otro dándose besos llenos de amor.

Comprendia en especial a su padre Homero,el como su progenitor no podía estar ni un segundo lejos de su madre,el como podia ser capaz de besar el piso por donde esta pase,el que su mirada se volviera dulce,viva por ella,ahora lo comprendía,porque sabia que ella seria igual o peor que su padre,Enid era la razón por la cual comenzaba a sentir que vivía la vida,sus sonrisas,su mirada,sus besos le eran todo,oh y hablando de besos Addams aun no paraba de admirar los labios rosas de su amada,tan deseables,tan besables,besarla era como la droga misma,una adicción a la cual seria capaz de condenarse con solo sentir los suaves labios de su novia.

Queria besarla,pero,¿Podia hacerlo?,se detenía a pensarlo,habían pasado ya una semana casi desde el día que le habia pedido ser novias y siempre que ella buscaba un beso solia preguntárselo,como su padre le habia enseñado,pero no quería despertarla solo para preguntarle eso,relamio sus labios y suspiro con anhelo,realmente quería besarla,ese era el pensamiento qué tenia siempre,besarla en cualquier momento o lugar,solo sentir esa terrible sensación,tan exquisita que quería repetir una y otra vez.

Despego un segundo su oscura mirada para mirar mas al amanecer,era casi las 7 o faltaba poco de media hora para serlo,volvio a mirar esos labios rosas,tan irresistibles,suspiro nuevamente,dar un beso de buenos días no era para nada malo,¿cierto?,acaricio con delicadeza la suave mejilla de su dama y de apoco a poco corto la distancia que prevalecía hasta al fin sentir los suaves labios contra los suyos,un escalofrío satisfactorio recorrió toda su anatomía mientras comenzaba a mover los labios de forma lenta,un beso cariñoso,lleno de amor.

Se separo mientras sentía el hormigueo en sus labios y simplemente se dejo llevar por lo que su miserable ser pedia a gritos,beso la frente,luego la nariz,posteriormente la mejilla y volvio a besar los labios de su amada,el beso era tierno,lleno de todo ese anhelo que le tenia,sintio la calida mano de su novia tocar su mejilla que era adornada por un carmesí en su pálida piel al igual que el beso comenzaba a ser correspondido con el mismo anhelo,solo se separaron por preves segundos para volver a unir sus labios una y otra vez,amaban besarse.

—Buenos días–Murmuro la ojiazul con una respiración algo agitada una vez que su sesión de besos habia terminado.

—Terribles días–Respondio de igual manera con la voz algo agitada.–Deberíamos alistarnos,Ma vie.

La rubia asintió con una sonrisa en su rostro y dio un último beso a su novia antes de levantarse de la cama para alistarse seguida de la pelinegra,cuando estuvieron listas aun les sobraba algo de tiempo asi que decidieron estar juntas en lo que el tiempo pasaba,uno que otro beso para cuando faltaba un poco se dirigieron a las clases correspondientes que estaba decir de mas como Enid aprovechaba admirarla en cada clase que le tocara con la Addams al igual que esta también hacia lo mimos,cuando sus miradas conectaban por segundos emanaban un brillo unico,amor.

No eran para nada discretas eso era cierto y el chisme se recorrió por toda la academia ante las muestras de afecto que no solían ocultarlas,después de todo ninguna veia problema alguno ante ello,amarse libremente era lo que mas les fascinaba,aunque ciertas personas cuchicheaban de vez en cuando sobre la relación de polos tan opuestos eso era algo que no importaba para ambas.

En la hora de receso ahora la pelinegra solia comer en grupo,solo por Enid,que le gustaba comer con sus amigos,Bianca,Xavier,Divina,Yoko,Kent o también Eugene que fue jalado por la Addams en un pacto de "No voy a tolerar adolescentes promedio sintiéndome de sobra,tu vienes conmigo" mientras el de lentes charlaba con la mas baja y la rubia chismeaba con su mejor amiga,la pareja solia tener sus manos entrelazadas dando sutilez caricias de vez en cuando,mientras se decian todo con una simple mirada.

Despues de el típico dia "normal" en la academia ambas solían ir a la habitación donde la sola presencia de la otra bastaba aunque bueno particularmente Sinclair solia sentarse en el regazo de la Addams cuando esta estaba en su limbo de escritura diaria,la cual habia descuidado a falta de inspiración,mentira si dijiera que Merlina no disfrutaba esto,porque era mas que claro lo terriblemente fascinante que le era,estar escribiendo una grotesca historia en el climax de esta misma,mientras su dama estaba sentada en su regazo haciendo que ante la calidez de la licantropa hacia que su cuerpo se relajara por completo dejando que sus manos se movieran de forma libre y su mente generaba ideas para la novela,era algo unico.

Y cuando la hora llegaba a su fin,ambas se recostaban en la cama oscura de la pelinegra mientras se acurrucaban,la ojiazul tomaba con firmeza de la cadera a su novia,creando un agarre posesivo,firme pero también cariñoso,por su lado la más baja habia agarrado la costumbre de esconder su rostro en el cuello de su amada mientras sentía uno que otro cariño de esta misma,se detenía a pensar cuan ridícula se veía ahora que se comportaba como una adolescente enamorada,cuando a su madre le habia dicho que seria lo último que haría,pero o sorpresa,ahora se econtraba recibiendo besos en todo su palido rostro por parte de su novia,con sus mejillas adornadas de un vivo carmesí.

¿Le molestaba?, para nada,tener a su dama era todo lo que valia en este miserable mundo,aquella chica risueña que vestía de colores los cuales aborrecia y que era como un rayo de sol,ahora era a quien estaba amando locamente,comprendiendo en cada parte a su padre,porque ella por Enid,seria capaz de demasiadas cosas,solo por el simple hecho de amarla.